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Por: David Rojas Arroyo / drojas@thinkersgo.net
- Un nuevo paradigma pone ahora el ritmo para un cambio correcto en las organizaciones
- Cuatro factores recogen los puntos finos para abrazar la idea y lograr un cambio verdadero
El mundo quiere y debe cambiar. En muchos muchos aspectos, las organizaciones hemos creado métodos, herramientas, enfoques de pensamiento, etcétera, que han quedado fuera de lugar con relación a los nuevos desafíos. Ahora la regla del juego es que no hay reglas. Así que hacer lo mismo y esperar resultados distintos, es, como se ha dicho bastante, una señal de locura.
De múltiples maneras, las empresas han estado jugando con reglas que sin estar escritas cobraron consenso en la conciencia colectiva de directivos, gerentes, competidores, y hasta en clientes, creando un status-quo que nos ha mantenido en un estado de confort y tranquilidad porque se podía predecir con cierta certidumbre, una isla de seguridad que ha desaparecido.
Hoy en día jugamos un juego de una sola regla: “sin reglas”, y nos coloca en un escenario en el que muchos no hemos aprendido a jugar. El escenario mundial es un disparate de eventos: grandes compañías compitiendo con emprendedores recién aparecidos; enormes capitales de inversión compitiendo con la creatividad de unos locos. La seriedad que acompañaba a algunos servicios ahora compite con la creatividad y conexión, la segmentación de mercado pasó de ser un tema de estratos sociales a uno de identidad emocional. En resumen, la tan perseguida eficiencia operativa está en tela de juicio por los nuevos paradigmas de agilidad e innovación.
En un análisis bastante más cercano, podemos palpar estos fenómenos en forma de ventas bajas donde antes eran un éxito; dificultad para proyectar la planeación estratégica y peor para ejecutarla; metas quebradas e inalcanzables, pese a tanto esfuerzo, tiempo y dinero invertidos; productos y servicios cuyo ciclo de vida se acortó en tiempo récord; nueva competencia fuera del radar que un día atropella como un tren…
Son los anteriores disparadores para hacer cambios, pero no cambios superficiales, pues no se trata de comprar un bote de pintura aperlada y pintar la fachada, porque eso no será suficiente. Hacer un cambio de identidad; desplegar esfuerzos incipientes, aislados y mal coordinados de innovación; ofrecer pláticas motivacionales;, no son malas acciones… Simplemente no son suficientes. Se requieren acciones más profundas e integrales.
Hay numerosos aspectos que una empresa puede y debe cambiar para ponerse al día con este nuevo escenario de competición, pero por ahora hablemos de la manera en que estamos gerenciando nuestras organizaciones,puesto que ahí donde encontramos lo que podría ser un bote salvavidas.
Existe un nuevo paradigma de administración denominado: Management 3.0, que constituye un nuevo paradigma de administración, enfocado en la innovación, el liderazgo y la gestión. Su fundador, Jurgen Appelo, identifica tres estadías de los estilos de administración:
- Management 1.0 – Hacer las cosas incorrectas
- Management 2.0 – Hacer correctamente las cosas incorrectas, y
- Management 3.0 – Hacer las cosas correctas.
Appelo ha creado todo un estilo de administración Management 3.0 para afrontar los nuevos desafíos de los organizaciones. Sun enfoque está basado en un filosofía muy simple: No importa cuán grande sea la silla del director ejecutivo, una organización no es una maquinaria manejada por su propio dueño, sino una red social. Las personas interactúan entre ellas en todos los niveles [Appelo 2011, Como cambiar al mundo]
Por lo tanto, para preparar a la organización para enfrentar y liderar el cambio dentro y fuera de sus puertas, Management 3.0 propone ejecutar acciones fundamentadas en cuatro pilares de cambio:
Aspecto 1. Danzar con el sistema.
El cambio en un ecosistema. Rara vez, por no de decir, nunca, sigue una línea recta. Una instrucción directiva por sí sola no logrará más ventas como por arte de magia. Se deben entender y aprovechar la complejidad y el comportamiento sistémico, donde todo está interconectado, donde cada punto que toquemos dentro de la organización tendrá un efecto en muchos otros sitios. Podemos ser víctimas de este laberinto o aprovechar la fuerza de ola y surfear.
Aspecto 2. Centrarse en las personas.
Los cambios se accionan y ejecutan en la mente de las personas. En toda referencia sobre el tema de gestión del cambio, se indica que el factor humano es el más importante, pero en muchos esfuerzos se les asigna la prioridad más baja. Se cree, falsamente, que el cambio de mentalidad será el resultado de otros esfuerzos, cuando es el contrario. Si compartimos la visión y las ideas, pocas veces tendremos que corregir acciones.
Aspecto 3. Estimular la red.
El ecosistema organizacional tiene su engranaje en la interacción entre sus elementos; personas, tecnología, procesos, leyes, objetivos… Así que provocarla para bien se puede hacer a través de clarificar, entender, mejorar, robustecer dicha interacción, y lograr respuestas maravillosas, moviéndonos como un gran valle de danza, como un cardumen
Aspecto 4. Cambiar el entorno.
El cambio deberá contar con un terreno fértil para nacer, crecer y mantenerse. El entorno organizacional tendrá que crear un caldo de cultivo para el cambio. Las ideas, acciones, decisiones bien intencionadas, pero contrarias, restarán fuerza al cambio. Cada rincón de la empresa, ha de compartir la nueva visión y sumar al nuevo paradigma. El movimiento de cambio es delicado. Como luz de vela, es noble; a cambio solo pide cuidarla.
¿Estás listo para enfrentar y liderar el cambio, o esperarás a que las cosas regresen a sus estado anterior?
-Thinker-