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- VISIÓN EMPRESARIAL
Por: Miguel Ángel Arcique Calderón / @arcique 
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Albert Einstein (1879-1955), científico alemán nacionalizado estadounidense
Recién terminó la Cumbre Latinoamericana de Innovación en Seguros en su primera versión, convocada por el periódico El Asegurador, a la que tuve el gusto de asistir. Ahí pude constatar varias situaciones y elementos que me mueven a las reflexiones que hoy comparto con ustedes y que tienen por objeto abrir la mente y el corazón de todos los lectores para hacer de éste el país que merecemos.
Afortunadamente, esta edición del evento organizado por la casa editorial se cruzó con algo que es, según mi punto de vista, uno de los componentes fundamentales del pensamiento innovador, y me refiero a la actitud. Hace apenas unas semanas, en el partido de inicio de la selección nacional de futbol en contra del actual campeón y rival que pareciera invencible, se dio lo que pareciera un milagro, pero que, en mi opinión, fue descrito maravillosamente por el jugador número 14, Chicharito Hernández, quien en entrevista con un periodista mordaz que justificaba por anticipado la derrota del seleccionado.
Con una mezcla de indignación y orgullo, Chicharito contestó una de las frases que ojalá quede grabada en todos los compatriotas, pues sería un alimento diario sumamente necesario para la visualización y logros del día con día: “¡IMAGINEMOS COSAS CHINGONAS!”. (No sé si esto lo irán a editar o si así se pueda publicar en nuestro medio, pero es así: visualizando el futuro y con una gran actitud es como se pueden abrir los miedos eternos que solemos cargar como traumas desde los tiempos de la conquista.)
Igualmente corren por nuestras redes sociales los videos que se han hecho para festejar el premio Óscar ha ganado por Guillermo del Toro en el que se retoma la maravillosa frase que dijo cuándo una periodista china le preguntó cómo lograba sacar y combinar el blanco y negro de las emociones, el balance entre los mundos del amor y el miedo, y en una sencilla frase resumió: I AM MEXICAN (‘soy mexicano’).
En fin, el orgullo mexicano es un componente importante de la innovación; pero, no obstante, la tentación de seguir haciendo repetidamente lo mismo y esperar resultados diferentes, es el gran enemigo a vencer, y por ello las reflexiones que a continuación comparto.
LA GENTE MALA ES INFELIZ, AUNQUE LE VAYA BIEN… LA GENTE BUENA ES FELIZ, AUNQUE LE VAYA MAL
En este juego de la innovación pude comentar y escuchar a su vez los comentarios de algunos de los participantes y darme cuenta de aquella fábula en la que el barquero hace el servicio de pasar viajeros de un lado a otro de un río y se hace acompañar por su nieto. Un buen día, éste le pregunta sobre la respuesta que dio a dos pasajeros diferentes, uno por la mañana y uno por la tarde, ya que ambos le preguntaron cómo eran los habitantes del pueblo al que iban, y el abuelo respondió con una pregunta: “¿Cómo son los habitantes del pueblo del que viene usted?”. A lo que uno de los pasajeros respondió que eran amables y positivos, y el otro que eran malos y negativos, por lo que el abuelo comentó que igual eran los habitantes del pueblo al que iban, explicando a su nieto: “Las personas encontrarán adonde vayan lo que llevan en el corazón”.
Así, vemos que lo que descubrimos y a lo que nos metemos en el campo de la innovación siempre será recibido a través de los ojos de quien lo observa. Por ello, si pretendes innovar en el sector, sobre todo un sector lleno de personas de altas edades cronológicas y conceptos muy arraigados, prepárate para recibir críticas y desencuentros, pues puede ser por ejemplo que donde tú ves innovación, libertad y nuevas ideas, muchos perciban solo lo que llevan en el corazón.
HAY QUIEN VE LA LUZ AL FINAL DE SU TÚNEL… Y CONSTRUYE UN NUEVO TÚNEL PARA NO VER
Por otro lado, como lo dice el título de esta colaboración, que pretende seguir con los dichos y frases mexicanos, hay quienes dentro de los esfuerzos de innovación solo van construyendo nuevos escenarios en los que reinan las mismas reglas antiguas, y un claro ejemplo de esta situación estaremos por verlo en las próximas elecciones de nuestro país, en donde, si no hacemos un cambio como sociedad participativa, ciertamente lo único que tendremos es el mismo infierno, con diferente diablo; es decir, comentamos y discutimos las propuestas o ideas de tal o cual candidato, pero lo que efectivamente hace que haya un cambio, la participación social, la tenemos en niveles muy bajos.
Confío en que sea lo que tenga que pasar, y muy pronto, de hecho, al salir esta edición de nuestro querido periódico, tendremos ya un presidente electo, y confío en que, sea cual sea el resultado, lo que crezca sea la participación social para generar cambio, y no todo lo queramos atribuir al mandatario en cuestión.
De igual forma en la empresa se comienzan a llevar a cabo nuevas formas de pensar, y en el evento convocado en la bella ciudad de Cancún realizamos un taller denominado Desing Tinquen, en el que pudimos constatar que las mejores ideas de innovación vienen de la participación de todos en las organizaciones y de los elementos de CODISEÑO que hoy afortunadamente ya comienzan a conocerse en las empresas, escuelas y familias. Esperamos que en este país también se refleje este modelo de pensamiento. Demos la bienvenida, insisto, a la participación de todos para la construcción de nuevas realidades, y no solo le demos la bienvenida a un diablo más.
PARA GENERAR INNOVACIÓN HAY QUE SABER MANEJAR EL FRACASO Y LA CRÍTICA
Ya en otras ocasiones he recomendado en este espacio el libro Crear o morir, que por cierto hoy se puede consultar mediante PDF libres y democratizados, o en YouTube se puede acceder a las entrevistas realizadas para su creación, libro cuyo primer capítulo y conclusiones nos llevan a uno de los grandes secretos de la innovación: PERDER EL MIEDO A FRACASAR.
Hoy en día es muy divertido encontrar páginas y reuniones como las FUCKUP NIGHTS, en las que los emprendedores de todas las edades y en distintos lugares de todo el mundo pueden compartir sus fracasos y fallas para volver a intentar las cosas de manera diferente y sin el peso de la culpa que las generaciones anteriores heredamos desde niños.
En resumen, puedo afirmar que esta gran reunión de innovación trajo gran esperanza y grandes retos. La invitación está hecha. Espero que el año que viene seamos cada vez más. Apúntate e invierte.
Cuando salga a la luz esta nota, ya habrás ejercido tu voto, y no importa quién sea entonces el presidente electo. Respetando la figura presidencial, recuerda siempre participar socialmente, en tu colonia o ciudad, en la escuela de tus hijos, en tu asociación gremial, e incluso en agrupaciones políticas. La participación y la visión positiva de futuro colocarán a México en el lugar que merezca. Tú eres parte de ello.