Querido lector, estimado agente de seguros, escribo este artículo el día de mi cumpleaños número 49 y con una gran motivación de llegar a la antesala de los cincuenta.
Desde esta celebración quiero compartirte varias de mis historias locas dentro del mundo del seguro de daños y que han llevado a este escribano a buscar que el seguro de daños sea considerado por el sector como la parte fuerte y fundamental de coberturas que todos, empresarios y usuarios, debiesen tener.
El inicio de la historia.
Hace seis años me encontraba en una encrucijada de vida. Desde el inicio de mi carrera mi mercado natural me llevó a trabajar en seguros de daños, ramo en el que afortunadamente encontré figuras de mentoría ejemplares.
Fueron años de mucho aprendizaje, en donde el principal interés era cuidar de las empresas desde una perspectiva de personas que la mayor parte de su vida en seguros lo hicieron en el ramo de daños.
Todo iba bien, hasta que un dia pedí a un amigo conocer cómo era vender seguros de Vida, y en menos de un mes ya tenía clave en una compañía cuyo fuerte es la venta de este ramo.
¿Qué ocurrió? Imagínate un cactus, una planta del desierto en un ambiente muy fresco y diferente a lo acostumbrado: me estaba asfixiando por no estar en mi medio y mi ambiente.
En el camino, querer mezclar ambos ramos fue como tratar de unir agua y aceite, y en el camino escuchar los argumentos de los gerentes de desarrollo en vida para evitar que mi ADN natural por daños se apagara, desde frases como: “no te desenfoques”, “eso no deja”, “busca siempre Vida, que es lo que es valioso de los seguros”, hasta frases muy fuertes de “me decepcionas” o “el seguro de daños es para quien no sabe vender”, y cosas tan diversas como esas.
La ecuación de una cobertura para empresarios lleva siempre en su estructura cuidar su negocio, cuidar su empresa; curiosamente de esa empresa es de donde se pagan los seguros de vida, retiro, hombres claves y seguros de índole fiscal que se instalan; todos esos recursos salen de esas empresas y si no las aseguramos, será la muerte de todo el ciclo.
El fundamento de vender daños como si fuera seguro de vida dio lugar al Agente 180°, un nuevo modelo de capacitación para el seguro de daños, de modo que los agentes de seguros puedan llevar ambos ramos sin que uno le robe la energía al otro y donde el principal beneficiado sea el asegurado, el empresario.
Gracias por leerme en todas mis publicaciones y seguir de cerca esta particular forma narrativa con analogías y cosas cotidianas que busca crear una comunidad sincera y cercana con el fin de ser mejores agentes de seguros en México.
Mientras seguiré desde mi trinchera buscando, capacitando, estudiando y guiando, sigo persiguiendo la Snitch dorada del seguro.
Te leo en la próxima.