Hace algunos ayeres tuve la posibilidad de viajar a Alaska. Fue en barco. Una experiencia maravillosa.
En uno de esos días recorrimos lugares interesantes a bordo de un autobús. Fuimos a ver un río, y me llamó mucho la atención que en su interior nadaban salmones contra la corriente.
Impresiona ver al salmón avanzar contra la corriente de agua; por momentos, el pez se detiene. La corriente de agua no lo deja avanzar, pero sigue su marcha.
El salmón lucha constantemente por llegar al agua dulce porque ésta es el lugar perfecto para reproducirse, para crear una nueva vida.
De igual forma, muchos seres humanos van a contracorriente para alcanzar sus metas.
¡Algunos lo logran!