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Tercera llamada y el fin de la libertad de prensa

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  • A RIESGO PROPIO

Por: Bernardo Olvera Bolio

“TERCERA LLAMADA. COMENZAMOS”. Es la advertencia que se hace en el teatro antes de apagar las luces e iniciar la obra, obra que puede representar cualquier género: drama, comedia, tragedia, melodrama o farsa, entre otros. Lo que ocurrirá el 1 de julio cabrá en uno de esos géneros. El libreto se ha venido escribiendo, pero solo el final nos dirá si los mexicanos escribimos un drama, una comedia o una farsa. Por lo que va hasta ahora, se presenta el siguiente ensayo crítico a algunos aspectos de la “obra”.
EMPRESARIOS
Estos personajes han sido desprestigiados por varios integrantes del propio libreto, aunque sobre ellos se podría escribir un guión como: “Un día sin empresarios”, y entonces los “mesías” de la política entenderían finalmente su importancia. Algunos puntos al respecto de los empresarios:

No prometen empleos; los crean.
No prometen dádivas ni asistencialismo; ofrecen trabajo.
No divagan sobre “los pobres”; generan riqueza.
Son los que con su pago de impuestos mantienen al Gobierno, el gasto público, el gasto social y el barril sin fondo llamado partidos políticos, que ni trabajan, ni pagan impuestos ni generan riqueza, sólo gasto. Por cierto, los partidos políticos nunca les han dado las gracias; peor aún, los llaman “minoría rapaz” (dice el hipócrita Andrés Manuel).
Como son quienes fondean el gasto público, son también los jefes (junto con todos los demás contribuyentes del país) de esos empleados llamados gobernantes; y, como sus jefes, son los que debiéramos determinar en qué sí y en qué no se gastan los dineros de que proveemos a esos empleados. (Solo como aclaración: los gobernantes son nuestros empleados; los partidos políticos son unos zánganos.) Siempre están trabajando; no solo en época electoral.

INE
Es el villano número dos de la trama. Este ente es la peor versión que se ha tenido de un instituto electoral. Obviamente comparte culpas su doctor

Frankenstein, el Poder Legislativo, que muy probablemente en una noche de copas, una noche loca, diseñó una serie de normas de orden absolutamente estúpido.
Así resulta que se hicieron bolas con la reglamentación para que un ciudadano de a pie pudiera convertirse en candidato independiente a la presidencia. Luego, a la hora de interpretar y aplicar, el INE se volvió un desatinado tomador de decisiones mediante criterios encontrados y, en el mejor de los casos, absurdos. No supo qué hacer con el Bronco y Margarita.
Y para acabarla de… imprimieron unas boletas que —no lo dude usted— confundirá a los votantes, a los escruta- dores, a los jefes de casilla y a los propios partidos.
Al final, ese inteligentísimo INE ya dijo que, si usted tacha tantas veces como aparezca en la boleta el nombre de su gallo, entonces contará como un solo voto. No obstante, habrá quienes solo tachen una posición de la parrilla, y de todas maneras deberá contar lo mismo. También puede usted escribir el apodo de su candidato y le será sumado el voto; claro que eso hay que escribirlo en el lugar correcto: de otra forma se dará por anulado.
Al final, el problema será: ¿cuántos votos se le atribuyen a cada partido?, esto es: un morenista le puede dar su voto al PES, aunque este partido sea de fanáticos religiosos retrógrados, y al mismo tiempo al Partido del Trabajo (PT), un fantasma que mediante cierto subterfugio de cuarta categoría fue rescatado de la muerte, y el INE (antes IFE) se tragó la trampa y lo revivió.
Así pues, un ciudadano que tache varias celdas estará otorgando su voto a otros tantos partidos, aunque éstos no sean de sus simpatías, sino sólo el candidato… Eso servirá para que algunos partidos parásitos (como el PT) mantengan su registro y cada voto ciudadano cuente por dos o tres para efectos de supervivencia de partidos. ¡De locos, la estupidez del INE! (Lo peor es que todo indica que lo hicieron a propósito.)
LAS TELENOVELESCAS COINCIDENCIAS DE LÓPEZ CON PERSONAJES HISTÓRICOS
¿En qué se parecen Andrés Manuel y los únicos nombres que conoce de la historia mexicana?
HIDALGO: Hidalgo pervirtió la religiosidad e ignorancia de sus seguido- res; apenas dio el grito, y unos meses después perdió piso: en su “humilde soberbia” fue el primero en exigir que se le llamase Su Alteza Serenísima. Andrés Manuel es igualito.
JUÁREZ: en muchos aspectos es su- mamente diferente a don Benito, pero hay un punto donde Andrés Manuel es idéntico al personaje: en el princi- pio que dice que “para mis amigos, justicia y gracia; para mis enemigos, la ley a secas”. Ésa es la infausta postura del de Macuspana. La frase es equivalente a injusticia, corrupción, compadrazgo, nepotismo y tráfico de influencias, cuestiones que Andrés Manuel solo critica en otros. MADERO: Aparte de plagiarle a Madero el nombre de su pandilla, Movimiento de Regeneración Nacional, López es igual. En efecto: es fanático de sus particulares ideas “esotéricas” (perdón a los esotéricos serios). Madero practicaba la invocación a los espíritus y consultaba al más allá sobre sus decisiones de gobierno. Además de ser fanáticos de sí mismos, se auto- califican de apóstoles y mesías.

Le falta compararse con LUIS ECHEVERRÍA, que casi acabó con la poca prensa libre que había entonces. López hizo a sus militantes una advertencia: el que opine mal o contradiga las ideas, declaraciones, posturas y aseveraciones de los líderes del partido será expulsado. De llegar a la presidencia, pregúntense los medios si va a haber libre periodismo o todo será chayote (que ya desde ahorita se ven algunos chaqueteros que cobran por beberle los alientos). EL FIN DE LA LIBERTAD DE PRENSA.
Es por eso que lo he considerado el primer villano de la obra.
LOS MEDIOS
Cada vez exhiben más su apetito, ¡qué digo “apetito”!, su hambre insaciable por notas que hagan daño a alguien, sea quien sea. Presumiendo de iluminados, hay algunos periodistos y algunas periodistas que se pasan de lanza al entrevistar a ciertos candidatos, y pecan de cobardes y agachados (ya lo dijimos arriba) con otros. En su narcisismo incorregible, se sienten los protagonistas de la noticia y le dan en la m… (iba a poner madre). Quieren hacer lucir sus limitados puntos de vista; a la mayoría de ellos se les nota desde la manera descompuesta en que dirigen (no estructuran) sus preguntas hasta la forma en que se autorresponden, de modo que diga lo que diga el entrevistado tratan de hacerlo ver como un estúpido para poner ellos la “respuesta correcta”.

EN FIN. Felices y democráticas votaciones. Para el 30 de junio la disección del otro actor fundamental: el votante.

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Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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