La llegada de la COVID-19 al mundo hace más de dos años impulsó la transformación en los diferentes mercados, y aunque la industria aseguradora actuó de forma un poco más lenta que otros negocios, aceptó la necesidad de un cambio, una reinvención que la obliga a ver más allá del enfoque tradicional bajo el que ha trabajado siempre para abrazar los desafíos que tendrá en un futuro inmediato pero también a largo plazo.
En los últimos años, el gremio del seguro se ha enfrentado a cambios demográficos, expectativas de los clientes de rápida evolución, avances en tecnología digital y análisis, además de mantener un enfoque continuo en la prevención de riesgos de manera innovadora; todo ello, habla de manera positiva de la industria, aunque no descuida las demás estrategias que debe poner en marcha para continuar con dicha revolución.
En el informe titulado Seguro reinventado: enfoque en la confianza, la convergencia y la transformación, que realizó la consultoría global PwC, se mencionan las premisas anteriores y además se hace hincapié en cinco tendencias clave que ayudarán a la transición que tanto busca el sector, teniendo en cuenta que debe ponerlas en marcha desde ahora y adaptarlas para que a mediano y largo plazo, estos modelos puedan capturar la esencia del negocio (asegurar el patrimonio de personas, empresas, gobiernos) sin dejar de ser rentables y crecer cada día más.
Las cinco tendencias son:
1. Brecha de confianza cada vez mayor en un mundo incierto
Al atravesar el mundo por puntos cada vez más inciertos (por ejemplo, en cuestión económica) la confianza en los gobiernos disminuye y esto debe ser aprovechado por las compañías aseguradoras, para brindar a los clientes seguridad y atraerlos hacia sus productos.
2. Necesidades y preferencias de los clientes evolucionan rápidamente
Los consumidores de hoy no solo buscan protección financiera, quieren soluciones personalizadas y esperan que las aseguradoras vayan más allá de sus obligaciones de transferencia de riesgos y ofrezcan soluciones integrales, que cubran la predicción, prevención e intervención de riesgos, al mismo tiempo que respalden dichos servicios con capacidades digitales.
3. Un mundo impulsado cada vez más por la Inteligencia Artificial
A medida que la innovación y la adopción digital continúan remodelando fundamentalmente el panorama de riesgos, también se crean nuevas oportunidades para aquellas aseguradoras que deseen innovar en sus servicios, distribución de productos, etcétera.
4. Riesgo climático y centrarse en la sostenibilidad
La creciente amenaza del cambio climático plantea riesgos sistémicos físicos y de transición con implicaciones directas para la industria del seguro. Para protegerse y prevenir dichos riesgos, las aseguradoras deberán desarrollar un comprensión más profunda de los mismos en sus carteras, reconstruir sus modelos de riesgo y suposiciones de precios, crear nuevos productos y servicios relacionados con el clima, y trabajar con organizaciones para ayudarlas a mitigar estas amenazas.
5. Convergencia, colaboración y competencia
Una economía digital rica en datos permite a las organizaciones compartir y colaborar dentro y fuera de los límites de la industria de nuevas maneras para así crear propuestas de valor para los clientes. Todo ello, ya sea en movilidad, bienestar financiero, salud o necesidades comerciales de pequeñas y medianas empresas.