El trabajo a distancia o el “home office”, a consecuencia de la pandemia de COVID-19, llegó para quedarse. Y aunque hay muchas ventajas en esta modalidad, laborar desde casa implica otro tipo de retos. El hogar se ha convertido en un espacio de trabajo compartido en donde factores como el aislamiento social o el cuidado de hijos o familiares se combina con las horas laborales.
En tal sentido, Zurich considera importante que los empleadores y trabajadores tomen en cuenta los siguientes puntos:
- El ambiente de trabajo: es importante que los trabajadores remotos tengan un espacio adecuado para trabajar; con buena ventilación e iluminación. De preferencia, que el espacio designado esté separado de las actividades del hogar. Los empleadores tienen que tomar en cuenta que muchos empleados comparten este espacio con otros miembros de la familia y, por lo tanto, puede haber ruidos o distracciones que están fuera de su control.
- Descansos: es primordial fomentar tiempos de descanso, preferentemente al aire libre (si es posible dentro de las circunstancias de distanciamiento social). Los trabajadores a distancia deben establecer horarios específicos de trabajo y descanso para que el empleo no les quite parte de su tiempo personal.
En este rubro, destaca Zurich, los descansos de la tecnología también son muy importantes; pues el trabajo remoto incrementó más el uso de pantallas y dispositivos electrónicos. Los empleadores deben fomentar descansos que permitan a los trabajadores “desconectarse” y realizar otras actividades que no requieran de estas tecnologías.
- Interacción social: trabajar desde casa puede aislar a las personas, incluso cuando viven con familiares o amigos. Las relaciones de trabajo son muy distintas a las personales y desafortunadamente la pandemia no permite este tipo de convivencia. Por eso, es importante promover una buena rutina de trabajo y otros mecanismos (como escuchar música, radio) que sirven para lidiar con la falta de interacción social.
- Estrés y ansiedad: La incertidumbre de la pandemia y el aislamiento son fuentes adicionales del estrés diario de los trabajadores. El estrés y la ansiedad no se pueden evitar por completo, son parte normal de la vida laboral cotidiana, pero es importante que los empleadores estén al tanto de la salud mental de sus trabajadores, dadas las circunstancias de pandemia. Se recomienda mantener a las personas bien informadas, inclusive habilitando, si es posible, una red de comunicación interna que permita unificar la información y fortalecer la red de apoyo ya sea por cuestiones de COVID-19 o del funcionamiento de la tecnología para el trabajo remoto.