Algunos los llaman sueños, deseos; otros los denominan objetivos, metas. Pero, independientemente de la manera en que tú nombres lo que quieres alcanzar, debes saber que la mayoría de las personas y empresas que saben lo que desean conquistar no lo logrará. ¿La razón? Desconoce cómo alcanzar lo que dicen anhelar.
En el contexto señalado, algunos compran toda clase de productos o servicios, ya sea de los oferentes tradicionales o emergentes, y esperan que, ahora sí, esos sueños dejen de serlo y se manifiesten con todas las bondades que trae aparejada su concreción, solo para que, una vez más, los resultados no se presenten en la práctica.
Hay tantas alternativas de solución allá fuera que muchos nos deslumbramos con lo que una o varias de ellas nos ofrecen como vías para que nuestras expectativas se tornen realidad. Muchas veces nos ilusionamos y, pasado el tiempo, nos damos cuenta de que algo no cuajó, de que faltó algo, lo que deja un mal sabor de boca.
No, no estoy descalificando la oferta de productos y servicios que nos venden (o tratan de vendernos) forzadamente o bajo presión ciertas empresas, que aprovechan la cuasi desesperación que nos embarga por no haber conseguido en ejercicios pasados eso que hemos querido lograr. Esta situación de premura nos orilla a sucumbir ante quien nos asegura los resultados deseados.
Después de todo, si ya intentamos concretar nuestro objetivo o trabajar en pos de él utilizando determinados productos o servicios, y no hemos alcanzado lo que perseguimos, y además creemos que conseguirlo vale la pena, estaremos dispuestos a pagar por las soluciones casi mágicas que se nos presenten, lo que nos llevará a caer y recaer en la esperanza de su eficacia.
Queremos resultados rápidos, de la noche a la mañana, motivados por las historias de éxito que deseamos emular, pero se nos olvida que conseguir los resultados apetecidos, y aun más, exige factores que podemos manejar a condición de que entendamos fundamentos básicos que a veces, indebidamente, consideramos obsoletos.
A reflexionar sobre lo anterior me condujo haber tenido en las manos un pequeño libro que condensa lo que su autor llama “llaves para alcanzar los sueños”. La obra se titula Lograr resultados día a día, y la escribió John C. Maxwell. Las llaves que nos regala nos permiten entrar a través de 10 puertas para lograr lo que queremos.
Los textos, que son una recopilación de ideas en acción plasmadas en otros libros del autor, apenas ocupan unas cuantas cuartillas, y solo por su diseño el volumen rebasa las 80 páginas. Fácil de leer, de consultar, de portar, Lograr resultados día a día puede ser atractivo y de utilidad incluso para quien prefiere libros digitales.
Sin embargo, más allá de provocar el interés para que se lo consulte y se lo estudie, pienso en la facilidad con la que el autor expone en este libro el valor de tener habilidades en cuatro áreas: relaciones, capacitación, actitud y liderazgo. También es importante su concepción sobre el manejo de relaciones y sobre todo su señalamiento preciso en el sentido de trabajarlas diariamente.
La obra de John C. Maxwell no plantea nada nuevo o extraordinario. Ideas como las siguientes confirman lo apuntado:
· “No cambiarás tu vida a menos que cambies algo que haces diariamente”.
· “El éxito es algo continuo; es crecimiento y desarrollo”.
· “Las personas que se han rendido son controladas por sus tristes y mayores fracasos y sus más profundos lamentos”.
· “Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, obtendrás lo mismo de siempre”.
· “Todo resultado digno de mérito tiene adherida una etiqueta de precio”.
· “Una vez, un crítico llamó genio a Sarasate, el más grande violinista español del siglo 19. ‘¿Genio?’, respondió Sarasate. ‘Durante 37 años he practicado 14 horas diarias, y ahora me llama genio’”.
· “Haz todos los días algo que detestes hacer, solo para estar preparado cuando necesites hacerlo de verdad”.
· “La mayor recompensa por tu trabajo no es lo que obtienes de él, sino aquello en lo que te conviertes al hacerlo”.
· “La vida es como subirse a un taxi: vayas o no a alguna parte, el taxímetro seguirá marcando”.
· “El potencial que no se usa se atrofia. Si quieres que tu potencial se incremente, debes usarlo”.
Cada uno de estos puntos constituye una llave, que es ampliada y matizada con recordatorios y sugerencias por el autor en su libro. Estas llaves se convertirán en ideas que podemos poner en acción para hacer de 2022 un año de logros en los planos que hayamos determinado. Si bien tales logros nos harán utilizar servicios y herramientas del contexto, también recalcarán la importancia de la cotidianeidad.
En mis inicios como reportero escribía a diario. La práctica continua hace que las cosas sean más sencillas. Hasta me daba tiempo de manejar suplementos semanales. Luego los tiempos cambiaron, por así decirlo: en el periódico El Asegurador hubo que escribir y también vender espacios publicitarios. Ingresaron otras personas para redactar. Luego llegaron otras más para vender…
No obstante, y esto se relaciona con lo que leo en la página final de la pequeña obra que he comentado, la realización de la tarea diaria y la ejecución de labores incluso detestables que nos preparan para estar listos en el momento indicado me llevaron hacia algo que crea una gran satisfacción.
El texto señala:
“Cuando estás dispuesto a compartir tu sueño incluyendo a otros, casi no hay límites para los resultados que puedas lograr. Lo imposible queda a tu alcance”. Coincido plenamente con el aserto. ¿Por qué ir solo, cuando construyendo nuestro sueño alimentamos la edificación de sueños de otras personas?
Hagamos algo al respecto en el año que comienza, que espero sea próspero para todos.