Las enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol representan una causa importante de reclamación para las compañías de seguros. De hecho, en Reino Unido se reportaron 5.460 muertes de enero a septiembre de 2020, lo que representó un incremento de 16.4 por ciento de incremento respecto al mismo período del año anterior.
Así lo señalan Chris Ball y Jon Parker, consultor médico de Vida y Salud y especialista sénior en suscripción de seguros de Vida y Salud de Gen Re, ambos con sede en Londres, al abordar el tema: La ocupación como factor de riesgo de daños relacionados con el alcohol.
Los representantes de Gen Re agregaron también que las tasas de mortalidad del primer trimestre de 2020 aumentaron (de acuerdo con una tendencia a largo plazo de muertes en el primer trimestre), pero en el segundo y tercer trimestres la diferencia fue estadísticamente significativa.
El más reciente informe de la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido (ONS) destaca que el consumo de alcohol desencadenó los niveles más altos de muertes en Inglaterra y Gales desde que se comenzó a identificar dicho factor de mortandad en 2001, indicaron Chris Ball y Jon Parker.
Debido a que la mayoría los decesos se deben al uso indebido crónico, los efectos del bloqueo, si los hay, se desarrollarán durante muchos años; sin embargo, los especialistas de Gen Re señalan que el desafío para los suscriptores consistirá en identificar a aquellos que observarán problemas en el largo plazo.
Por lo anterior, Chris Ball y Jon Parker consideran que la identificación del riesgo ocupacional se ha convertido en una herramienta bien desarrollada tanto en la suscripción por discapacidad como en la suscripción de Vida, pero que reconocer su importancia para el riesgo de alcohol probablemente se ha basado demasiado en estereotipos anticuados en lugar de datos confiables.
En términos más generales, la asociación para los hombres que beben mucho fue con los que trabajan en ocupaciones de “comercio calificado”, áreas tradicionalmente dominadas por hombres con culturas de alto consumo de alcohol. Las mujeres en puestos de dirección y, más específicamente, en puestos de dirección corporativa tenían más probabilidades de ser bebedoras empedernidas que sus homólogos masculinos.
Por el contrario, las ocupaciones profesionales tenían las asociaciones más bajas con el consumo excesivo de alcohol, pero el bajo número de mujeres en estos grupos dificultaba la interpretación. Estos resultados confirman hallazgos de larga data sobre el alto riesgo para quienes trabajan directamente con alcohol y el bajo riesgo para el clero.
Los resultados refuerzan los datos existentes, aunque menos sólidos, sobre la asociación con oficios calificados, particularmente en la construcción, pero también destacan grupos específicos que pueden estar en riesgo, por ejemplo, mujeres policías.
La ocupación es en última instancia solo uno de los factores que contribuye al problema con la bebida. Los genes, la pobreza, la situación laboral, la edad de la primera bebida y el entorno social, también juegan su papel.
Estos datos proporcionan al suscriptor evidencia, en lugar de depender de los estereotipos, para identificar aquellas ocupaciones que están potencialmente en riesgo a largo plazo de tener problemas con el alcohol.
Finalmente, agregan los representantes de la firma, para las aseguradoras grupales, orientar su propuesta de bienestar a las personas con mayor riesgo tiene el potencial de obtener recompensas significativas, ya que existe evidencia de que abordar los factores organizacionales puede ser más efectivo que los enfoques enfocados individualmente.