En mayo de 2019, AMLO decretó la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE): “Se va a eliminar al INEE, ya que la mal llamada reforma educativa fue una farsa y se hizo por motivaciones políticas e ideológicas y dañó mucho al país. En vez de mejorar la educación la afectó, porque se degradó a los maestros como nunca y se los humilló. Y es de sentido común: no se puede llevar una verdadera reforma educativa sin los maestros, y menos ofendiéndolos, humillándolos. Eso se termina, entonces eso se termina”. Categórico fue el Peje.
El Mejoredu, creado en octubre de 2019, sustituyó entonces en el papel al INEE. Digo en el papel porque la institución neoliberal y la populista comparten algo más que los objetivos de evaluación del docente. Las coincidencias van más allá. Veamos por qué.
Esteban Moctezuma es embajador de México en Estados Unidos; fue secretario de Gobernación y secretario de Desarrollo Social con Ernesto Zedillo; presidente de Fundación Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, en la iniciativa privada; y secretario de Educación con Morena. A raíz de la desaparición del INEE, el multifuncional Esteban declaró: “Es mejor (el esquema de la 4T) porque está ligando (sic) la evaluación con la capacitación”.
“Yo te evalúo, descubro tus áreas de oportunidad y te ofrezco los cursos que te van a permitir mejorar en esas áreas y ser un mejor maestro. Además (el maestro) va a tener la posibilidad de ascender en el escalafón, de ascender en su carrera docente, gracias a que se prepara más, gracias a que es evaluado y capacitado permanentemente”.
Sobre la autonomía del INEE, el flexible profesional, que lo mismo hace un barrido que un fregado, declaró: “La autonomía no necesariamente le dio al INEE virtudes extraordinarias”.
Una de las cosas que a mí me llaman mucho la atención de las personas que están envueltas en la bandera de la evaluación es que pasen de largo que hubo prácticas de este tipo en las que tenían que usar al Ejército y la Policía Federal para llevarlas a cabo.
Un sistema educativo en el que el maestro tiene que estar rodeado del Ejército para evaluarse necesariamente está mal.
Imposible estar de acuerdo con Esteban. Si el Ejército tenía que estar presente en las evaluaciones es porque el magisterio, agrupado en las poderosísimas asociaciones sindicales, ya fuera el SNTE o la CNTE, no quería que se lo evaluara.
Y, cuando alguien no quiere que lo evalúen, es porque no las tiene todas consigo. Escucho la definición de áreas de oportunidad y entiendo que al ignorante maestro no le quieren decir que hasta aquí llegó porque no tiene los conocimientos y habilidades requeridas para impartir la educación que lleve al alumnado a un nivel decente de preparación.
Pero la paternalista 4T lo va a evaluar para capacitarlo o, en otras palabras, tú no te preocupes por tu ignorancia; no va a llegar alguien con la capacidad requerida, pues yo te voy a proteger y voy a dejar a tu criterio si quieres mejorar o no.
Por supuesto, si alguna marcha u otra actividad personal te impide aprender, tu plaza está asegurada. Con quien tienes que estar bien es con tu sindicato. Ahí sí estamos todos de acuerdo.
¿Qué diferencias existen entre el INEE neoliberal y el Mejoredu populista?
El INEE fue un organismo autónomo creado el 8 de agosto de 2002 por decreto del presidente Vicente Fox para evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional (SEN) en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior para así garantizar la calidad de los servicios educativos prestados por el Estado y los particulares.
De acuerdo con el marco jurídico definido para regular su funcionamiento como organismo autónomo, el INEE tenía como objetivos principales la coordinación del sistema nacional de evaluación educativa, la evaluación de componentes, procesos y resultados del Sistema Educativo Nacional, la emisión de lineamientos para regular las funciones y procesos de evaluación en el marco del Sistema Nacional de Evaluación Educativa (SNEE) y del Servicio Profesional Docente (SPD), la emisión de directrices para promover la mejora de la educación y la difusión de información y resultados de las evaluaciones para promover su uso.
EL INEE perseguía una META: que esta valoración fuera Medible, con base en pruebas internacionalmente aceptadas y evaluaciones cuantitativas a los maestros; Específica, con base en los resultados señalados como el mínimo que se debía alcanzar; Temporal, con una definición precisa del plazo establecido a los docentes para obtener el mínimo requerido; y Alcanzable, pues tampoco se pedían imposibles a los docentes.
Por su parte, el Mejoredu es un organismo público, descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión y con personalidad jurídica y patrimonio propios.
En otras palabras, no te mandas solo; y, aunque no estés colgado de la SEP, puedes hacer tu actividad sin que te molesten (la buena), aunque parece que no vas a ningún lado (la mala). Y cuidadito con descarrilarte, porque te corto los fondos con los que constituyes tu “patrimonio propio” (ja).
El Mejoredu tiene por objeto coordinar el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, de acuerdo con el Artículo 3.º de la Constitución (¿?) (precepto que no menciona nada al respecto). Sus principales funciones son: realizar estudios, investigaciones especializadas y evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo Nacional.
¡Qué maravilla todo lo que van a hacer!; aunque no sepamos para qué tanto estudio, investigación y diagnóstico si no va a ser obligatorio obtener una calificación mínima para continuar como maestro ni determinar indicadores de resultados de la mejora continua de la educación. O sea, vamos a perdernos un rato en “nuestros datos”, obtenidos con base en los criterios que nosotros definimos: establecer los criterios que deben cumplir las instancias evaluadoras para los procesos valorativos, cualitativos, continuos y formativos de la mejora continua de la educación. El círculo vicioso de siempre, pues.
Establezco criterios para la inútil actividad que voy a realizar, encaminada a mejorar continuamente (no puedo hacer otra cosa sino mejorar…), emitir lineamientos relacionados con el desarrollo del magisterio, el desempeño escolar y los resultados del aprendizaje; así como la mejora de las escuelas y la organización y profesionalización de la gestión escolar. Si no me escuchan, yo ya dije.
Aquí están mis lineamientos para quien no me crea: proponer mecanismos de coordinación entre las autoridades educativas federales y de las entidades federativas, para la atención de las necesidades de las personas en la materia. ¿Quiénes serán esas personas? ¿Los educandos? ¿Qué es lo que van a coordinar? Sugerir elementos que contribuyan a la mejora de los objetivos de la educación inicial, de los planes y programas de estudio de educación básica y media superior, así como para la educación inclusiva y de adultos.
Ya analicé mucho; por lo tanto, permítanme por lo menos sugerir, generar y difundir información que contribuya a la mejora continua del Sistema Educativo Nacional, y lo demás que se establezca en otras disposiciones legales. Genero información con el afán de contribuir, y aquí estoy para lo que se le ofrezca al señor presidente.
La existencia de organismos autónomos es cuestionable. En cualquier empresa privada, la organización, especializada por funciones o por territorios, o una mezcla de ambos con la organización matricial, acepta la autoridad que le es delegada para cumplir con la responsabilidad que le toca.
Si tomamos como ejemplo lo que ocurre en Seguros Atlas, empresa familiar con muchos años en el sector, podemos imaginar al señor Rolando Vega Sáenz encargando al director de Operación que emita las pólizas y los recibos de cobro en el menor tiempo posible y que esos documentos reflejen fielmente las condiciones acordadas con el cliente.
Si ese director no entrega los resultados acordados, don Rolo no va a crear un organismo autónomo para que evalúe los tiempos de respuesta y la calidad de los documentos. Simplemente despide al inepto y lo sustituye por otro, que llegará a la empresa contento por la oportunidad, aunque un poco tembloroso por la espada de Damocles que pende sobre la cabeza de todo funcionario comprometido con los resultados: o cumples o te vas.
Por supuesto, existen funcionarios que permanecen en el puesto aun cuando la evidencia es contundente para correrlos de inmediato. Pero eso siempre es temporal. Finalmente, si las metas no se cumplen y la fuerza de ventas se queja, la guillotina termina cayendo sobre el cuello del infeliz que no pudo o no quiso.
El caso del INEE es diferente. Nació autónomo porque su propósito era político, no técnico. Con la SEP secuestrada por la maistra y sus huestes, fue necesario crear una entidad independiente que realizara la evaluación de la educación, incluyendo a docentes y alumnos.
Es penosa la desaparición del INEE. Ahora es claro, después de leer las declaraciones del entonces secretario de Educación, que la evaluación es cosa del pasado. Mejor estar en buenos términos con los maestros y sus líderes. ¿La calidad de la educación? Dejémosla a la buena voluntad de los maestros que deseen superarse.
Esto es un mecanismo claramente antiselectivo: si no hay oposiciones, como en la mayoría de los países, para propiciar que los alumnos sean educados por los maestros más capaces, Juanito va a salir de la preparatoria sin saber leer ni escribir, no obstante los numerosos mensajes de texto y los memes que diariamente publica.
La 4T destruye de inmediato las instituciones neoliberales, pero sin reemplazarlas por otras que busquen, al estilo populista, igualmente válido en la línea de salida, objetivos similares, aunque sea en el papel. En el caso de la evaluación de la educación, la paradoja es estrujante: la 4T está garantizando, con la baja calidad de la educación que perpetúa ese esquema de Capacítate si quieres con base en una evaluación que yo definí por mis pistolas, la prevalencia del neoliberalismo extremo y sus discípulos.
No digo que regresaremos a aquellos años de anuncios en el periódico que rezaban: “No UNAM”, cuando las empresas reclutaban a profesionales para sus cuadros operativos y gerenciales.
Conozco a ingenieros, actuarios, contadores y arquitectos de reconocida capacidad, egresados de la máxima casa de estudios del país. Pero es indudable que la tendencia marcada por las políticas de evaluación de la educación de la 4T, nostálgica del PRI de los setenta, propiciará que los mandos intermedios de las empresas del país sigan siendo ocupados, en su mayoría, por egresados de escuelas privadas, donde la evaluación de maestros y alumnos es obligatoria.
Se quejará Fernanda, contadora a cargo de la nómina en una empresa trasnacional japonesa, de su bajo salario, sus nulas expectativas de ascenso y la alta exigencia de su jefe, egresado de una universidad privada, pero mientras no aprenda a escribir, a efectuar operaciones aritméticas básicas, a realizar con menos errores los asientos contables de su repetitiva función y a mejorar su nivel de inglés para poder comunicarse con los japoneses que lo hablan y escriben en un nivel básico, tendrá que conformarse, pues la realidad, dura realidad emanada de su falta de preparación, es que no encuentra un trabajo con una mayor remuneración.No se trata de colores partidistas o ideologías. Es simplemente preparación para realizar las tareas que permitan a una empresa lograr sus metas y a los profesionales ejecutar sus actividades con eficiencia para progresar.