Muchas organizaciones se enfrentan en la actualidad al forzoso reto de actualizar su estructura corporativa y abrazar el inminente relevo generacional de su capital humano. No obstante, deben ser conscientes de que colaboradores como los millennials condicionan su lealtad a las empresas si se les premia con salario emocional, prestación que desempeña un rol vital e innegociable para dicho grupo etario, incluso por encima del dinero.
Esta reflexión forma parte del más reciente estudio de IBM, titulado Institute for Business Value (IBV), en el que se apunta asimismo que uno de cada cuatro trabajadores a escala global planea cambiar de empleador antes de que finalice 2021, pese a la pandemia de COVID-19.
La investigación de IBM, que consultó la opinión de 14,000 personas, hace hincapié en que un porcentaje considerable de la muestra analizada reconoce que cambió de trabajo voluntariamente durante 2020. Sin embargo, añade, la población encuestada no descarta volver a migrar hacia otra organización, a raíz de colaborar en una empresa con horarios inflexibles y pocos beneficios que velan por su bienestar emocional.
De acuerdo con IBM, 25 por ciento de la muestra analizada pertenece a la generación millennials; mientras que 33 por ciento de los que contestaron la encuesta son centennials.
Con base en los resultados obtenidos, Kelly Ribeiro, líder de Talent Transformation de IBM América Latina, reconoció que la decisión de atar su permanencia en una empresa al salario emocional por parte de la fuerza laboral compuesta por millennials y centennials es una decisión arriesgada. Ahora bien, alertó, son capas poblacionales con una personalidad diferente, en comparación a grupos etarios predecesores.
“La movilidad y el cambio constante es parte del DNA de los millennials y centennials. En tal sentido, confían en sus capacidades, están más tecnologizados y buscan sin cesar nuevos incentivos y competencias”, cerró Ribeiro.