La inversión en tecnología contra el fraude está impulsada por la digitalización de los servicios financieros y por el aumento de este ilícito a raíz de la aparición de la COVID-19. Es decir, la tecnología de los delincuentes, que es cada vez más sofisticada, está llevando a las instituciones financieras a implementar sistemas antifraude con capacidades modernas de inteligencia artificial, por lo que tales empresas gastarán 6600 millones de dólares en sistemas contra el fraude en 2021.
Así lo destaca el informe Gastos de TI y operaciones en fraude, elaborado por Neil Katkov, jefe de Riesgos y Cumplimiento de Celent, quien añade que el gasto será según el tipo y tamaño de la institución.
Ante la situación tan apremiante de riesgo de fraude, el reporte de Celent proporciona algunas directrices para evadir esta nociva práctica, lo que a su vez revela las tendencias de fraude en 2021:
• La acelerada expansión de los servicios financieros digitales requiere que las instituciones financieras aumenten la automatización del análisis y la investigación del fraude por medio del aprendizaje automático, la automatización de procesos robóticos y el procesamiento del lenguaje natural.
• Las nuevas empresas de Regtech (reg se refiere a regulación; y tech, a tecnología) están explotando la oportunidad digital al proporcionar soluciones antifraude de última generación, lo que ejerce presión sobre los proveedores establecidos para que se pongan al día.
El estudio presenta asimismo un desglose detallado del gasto en sistemas antifraude en las cuatro regiones clave: América del Norte, Europa, Asia y el resto del mundo (que incluye América Latina, Medio Oriente y África).
Este estudio incluye además el gasto según tipo y tamaño de institución financiera; las tasas de crecimiento del gasto y el desglose del gasto en tecnología por gasto interno, hardware, software externo y servicios externos. También se detalla el gasto operativo (además del gasto en tecnología) y el gasto en nuevas iniciativas frente a actividades de mantenimiento.