Estoy llevando a cabo una gira que significó mi regreso a los escenarios, gracias al retorno de los eventos presenciales, tras 470 días de pausa involuntaria. El lugar del encuentro es una de las ciudades con mayor crecimiento en México y el orbe: Monterrey, capital del estado de Nuevo León.
En el marco del contexto descrito, estoy reflexionando acerca de un tema que en días pasados desarrolló en una alocución el presidente de nuestro país y cuyo mensaje giró en torno a categorizar a los miembros de la clase media mexicana que lee cierto tipo de periódico, que desea cursar estudios superiores de maestría y doctorado y que incluso aspira a mejorar su nivel socioeconómico. En tal sentido, el jefe de Estado calificó a dicha capa poblacional como egoísta y también la etiquetó utilizando otros adjetivos.
La declaración mencionada, que ciertamente con el paso de los días el presidente fue autocorrigiendo al declarar que solo “algunos miembros de la clase media” pensaban así, no dejó de levantar reacciones en diversos foros y personas, quienes, a pesar de contar con puntos de vista diametralmente opuestos, no ocultaron su sorpresa por lo dicho desde esa esfera de poder. De hecho, algunos se mostraron indignados por tales afirmaciones, ya que se materializaron en voz de la persona que funge como presidente de México.
Saliendo un poco del remolino ideológico y tratando de analizar desde una perspectiva positiva todo lo acaecido, quisiera concentrarme junto contigo, apreciable lector, en aspectos relevantes que, independientemente de quien los evalúe y juzgue, son cruciales para poder erigirse como mejores seres humanos, lo que redundará en ciudadanos que en su momento tendrán la responsabilidad de participar en ejercicios y formas de colaboración social y política.
Antes que nada, me gustaría afirmar que se vale soñar, o sea, tener aspiraciones.
Además, lee lo que desees, pero siempre lee.
Sí, inténtalo, como sugiere de una manera sumamente creativa una conocida librería del país a raíz de una atinada campaña mercadológica que diseñaron. Leer hace muchas cosas por nuestra mente y cultiva la inspiración, ya que es una actividad que nos permite ejercitar el cerebro, órgano que impulsa al ser humano a tener sueños y conexiones lógicas, de manera que aviva nuestra capacidad de abstracción e imaginación.
En relación con el tipo de lecturas que se consideran adecuadas o útiles para un ser humano o grupo de personas, quisiera comentar que textos considerados de baja calidad cultural por muchos, como algunas revistas de espectáculos o diarios deportivos populares, aun así contribuyen a que la mente se mantenga atenta y creativa.
Así que, si quieres leer periódicos como Reforma, La Jornada o Esto, pues en principio te felicito. En resumidas cuentas, leer es lo verdaderamente importante.
Estudia y aprende
En lo que se refiere al concepto aprendizaje, que además ha tenido variaciones en su fondo y forma, todas las universidades, institutos y escuelas han enfrentado un reto enorme para transformarse como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Por consiguiente, metodologías como la educación a distancia se han constituido como un descubrimiento grato para las familias de nuestro país y del mundo.
La afirmación que gira alrededor de las personas que buscan estudiar y que lo hacen por algún tipo de egoísmo exacerbado o por un afán de protagonismo o deseo de separarse del resto de la población es muy peligrosa, ya que la educación es una de las herramientas más importantes para el desarrollo de los seres humanos y las sociedades. Por lo tanto, es vital potenciar lo referente a la capacitación integral y académica, visión que de por vida deben abrazar los integrantes de una gran nación, como México.
Por lo antes descrito, te invito a que redobles los esfuerzos y seas estudiante durante toda la vida, de manera que la función del aprendizaje funja como guía para tus actos y los actos de quienes te rodean, esto es, familia, colaboradores y amigos.
La verdad nos hará libres
No dejes de soñar.
“Todo lo que hoy nos rodea algún día fue un sueño en el corazón de alguien”.
Así como lo lees. Desde el botón y el ojal, la rueda y la cacerola hasta objetos muy complejos de última generación, como los dispositivos móviles, los autos eléctricos y los viajes al espacio, fueron en un principio ideas de soñadores que luego evolucionaron y se convirtieron en creaciones.
Basta con leer al increíble Julio Verne, quien soñó con la idea de un viaje en submarino y la exploración a la Luna muchas décadas antes de que estas hazañas pudieran física y tecnológicamente lograrse.
Soñar es una de las capacidades humanas que los expertos especializados en desarrollo cognitivo han calificado como un evento eminentemente humano que no podría ser emulado por medio de la tecnología.
Y muchos de estos sueños tienen que ver con lo que las personas desean para el entorno que las rodea, es decir, lo que la gente aspira. Por lo tanto, aunque incuestionablemente pueden existir todo tipo de aspiraciones, como la supremacía de una raza o la militarización de las sociedades, o incluso considerar una religión como única y superior, también existen sueños y aspiraciones que logran unión y concordia (unión de corazones) para los seres humanos.
No lo olvides: ocúpate de soñar, de aspirar a un mundo mejor y de defenderlo contra todo.
En conclusión, soñar es determinante y humano. Por ello, nunca dejes de soñar.