El quiebre de un negocio y el quiebre de la persona

Charlemos seguros

El asegurador

 

Carlos llega a mi consultorio con síntomas agudos de ansiedad y de depresión… en este caso la causa está perfectamente identificada: con la llegada de la cuarentena a consecuencia de la COVID-19, su negocio (un restaurante) empezó a tener pérdidas y finalmente se vio en la necesidad de cerrarlo, posiblemente de manera permanente.

Lo anterior es una triste muestra de lo que sucede a miles de empresarios de todo el mundo. La cuarentena puso en jaque mate la subsistencia y terminaron por cerrar, lo cual generó despidos y pérdidas de fuentes de ingresos para muchas personas.

Este texto está dedicado a los empresarios y posteriormente me referiré a los colaboradores. Por definición, los emprendedores son aquellos que tienen la voluntad de crear un negocio que no existe; es decir, es un sueño y lo convierten en una realidad física. Evidentemente los negocios existen para generar ingresos para los dueños y sueldo para los colaboradores. Los emprendedores ponen además de su capital, sus ilusiones, lo cual genera que cuando el negocio quiebra o su supervivencia se torna inviable, además del capital y las utilidades que percibe… el emprendedor pierde sus esperanzas.

Antes de cerrar el negocio, la mayoría de los emprendedores tiene que calcular los costos de cierre, y liquidaciones, entre otros conceptos. En tal sentido y la mayoría de las veces, cargan con el peso emocional de dejar sin sustento (sin saber por cuánto tiempo) a varias familias, además de que  llegan a sentirse culpables por tener que tomar esas decisiones.

El emprendedor en problemas se encuentra ante una mezcla de emociones. Aparecen la tristeza, el miedo y la ira; y a esto se agrega el estrés y en algunos casos la incertidumbre. Lógicamente, existen empresarios que tiene varios negocios y para ellos el tema económico no es problema; sin embargo, para la gran mayoría no es así.

La situación propiciará que aparezcan momentos de depresión y ansiedad, los cuales hay que atender lo más rápido posible, pues en caso contrario es posible que se establezcan como padecimientos psicológicos más duraderos y complicados de atender.

Uno de los grandes problemas de los empresarios es que no se dan cuenta que están cayendo en depresión o ansiedad

Habitualmente son las personas que los rodean quienes se dan cuenta de los cambios de conducta y de estado de ánimo, se vuelven irritables y pierden energía, buscan aislarse y en muchos casos evitan hablar o asistir a sus negocios… no quieren que los vean hundirse.

Para estos casos es importantísimo recordar que no van a empezar de cero. AHORA TIENEN LO MÁS IMPORTANTE: EXPERIENCIA. Por ello, si encuentran la capacidad para ponerse de pie y retomar su negocio,  la creatividad, la experiencia y la necesidad jugarán a su favor.

Como ya he mencionado, cuando aparecen los síntomas de depresión o ansiedad es el momento de buscar ayuda; y entre más rápido se encuentren de vuelta en el juego, más rápido volverán a ser quienes eran y lograrán lo que te merecen.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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