A pesar de la proyección de una tasa de inflación general baja, la diseminación de la COVID-19 en México repercutirá en el incremento del costo médico durante 2021, el cual llegará a ser de 15 por ciento, de acuerdo con el Reporte de tasas de tendencias del costo médico global 2021, realizado por AON, firma especializada en gestión de riesgo, seguros y reaseguros.
En el informe se indica que este aumento se debe principalmente a las medidas de seguridad para mitigar la propagación del virus coronado y los protocolos adicionales requeridos durante los procedimientos quirúrgicos para aliviar el sufrimiento de quienes lo han contraído.
AON estima que estos nuevos protocolos aumentarán los costos quirúrgicos 10 por ciento, lo que provocará en las proyecciones ese incremento de 3 por ciento en la tasa de tendencias del costo médico durante el presente año, ya que en 2020 fue de 12 por ciento.
Respecto al costo médico neto, la firma revela que será de 12 por ciento, mientras que el año anterior fue de 8.9 por ciento. Cabe mencionar que para América Latina y El Caribe el costo neto promedio para 2021 es de 6.4 por ciento.
“Aunque el año 2021 registrará la tasa de tendencias del costo médico global más baja desde que se inició esta encuesta en 2013, continuamos viendo que los costos médicos aumentan significativamente por encima de la inflación general”, refiere el estudio.
En cuanto a los factores que inciden en el aumento continuo de los costos médicos, la investigación señala que éste está relacionado con el envejecimiento de la población, la disminución general de la salud, los malos hábitos de estilo de vida y el aumento de la prevalencia de afecciones crónicas.
“Cada uno de esos factores continúa siendo un fenómeno global que se exacerba aún más por los posibles efectos en la salud a largo plazo de los tratamientos diferidos y los controles de rutina, que fueron el resultado de la pandemia de COVID-19”, explica AON en su reporte.
Finalmente, AON sostiene que la solución estructural a largo plazo implica brindar una oferta amplia y coherente de beneficios de salud y bienestar para todos los empleados y su familia, lo que puede promover activamente una fuerza laboral saludable.
“Será importante proporcionar atención médica de calidad cuando sea necesario, facilitar el tratamiento de enfermedades crónicas, prevenir y reducir el riesgo de accidentes y enfermedades, ayudar a los empleados a comprender sus riesgos de salud y educarlos sobre los pasos para mejorar su salud y fomentar estilos de vida saludables”, concluye el estudio.