Sin duda, la buena actitud es un actor esencial para sobresalir y para que las cosas cambien o funcionen, pero no lo es todo. Para alcanzar el éxito se necesita, además, un buen plan de trabajo que te ayude a conquistar la meta.
Quiero contarles que la mala actitud ante los eventos que se nos presentan es como traer una llanta ponchada en el carro: o la cambias o no avanzas.
En diciembre de 2008, la compañía de seguros en donde trabajaba cerró su operación en México y me liquidaron, por lo cual en julio de 2009 inicié mi carrera como agente de seguros. Estaba en mi segundo mes, todavía con cédula provisional, cuando enfermé gravemente. Lo último que recuerdo es que estaba en casa llenando solicitudes. Luego, nada… 20 días después abrí los ojos en un hospital.
Me contaron que sufrí un derrame cerebral muy fuerte, y todos esos días peleé por sobrevivir. Gracias a la ciencia, y con la manota de Dios, 20 días después deje el hospital, aún mal, pero al parecer sin grandes complicaciones físicas. Solo tenía un pequeño problema: no recordaba bien las cosas del pasado inmediato, las del día, las que estaba viviendo. Incluso recibí ayuda para leer y entender lo que leía.
Para ese momento ya tenía nueve meses sin recibir dinero, y el panorama a corto plazo no era alentador, pues tendría una recuperación de 12 a 18 meses antes de poder trabajar.
En ese tiempo se consumieron todos mis ahorros; tuve que vender los autos y gran parte del patrimonio que, como familia, habíamos obtenido con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio.
Envuelto en una terrible crisis económica y muy desesperado, supliqué a los médicos que me dejaran trabajar, a lo cual accedieron, pero con la consigna de que solo “una cita al día, no más”.
De este modo, me reuní con mi promotor para crear una estrategia, pues requería mucho dinero para pagar deudas, tarjetas de crédito, crédito hipotecario, etcétera. Solo una cita al día. No sería fácil.
Ante este reto, claro que necesitaba buena actitud y creer que podía lograrlo, pero no era suficiente. Era importante que mis citas fueran buenas y productivas. Con ayuda de un coach, ideamos las estrategias que a continuación les comparto.
- Prospectos de mucha calidad, personas con ingresos iguales o mayores a 50,000 pesos mensuales, casados y con hijos.
- Efectuar un proceso corto pero eficaz de sensibilización para que, en la medida de lo posible, hagas la primera cita y cierre en ese mismo momento.
- En el camino, detectar una sola necesidad. Indaga, profundiza en ella y trabaja una solución fácil de realizar y sencilla de explicar.
- Sé fuerte para diluir todas las objeciones del cliente y ayúdalo a tomar la decisión en ese momento. Sí o no, pero que decida.
- Nunca olvides pedirle referidos, te compre o no te compre.
En todo momento, mi coach me animaba: “¡No está tan difícil! ¿Se puede o no se puede? ¡Sí se puede! ¡Claro que se puede! ¡Vamos con todo!”.
¡Sí! Todo muy bien, pero recuerden que se me olvidaban las cosas. A él se le ocurrió imprimir todo el plan y ponerlo en todas partes para no olvidarlo. Pensé que no sería tan difícil. Y tampoco les diré que fue fácil, pero de abril de 2010 a diciembre de ese mismo año (nueve meses) conseguí vender 890,000 pesos de Vida, 345,000 en GMM y algo en Autos.
Sí, sí se pudo porque me convencí de que lo podía lograr. Nunca dudé. Se logró porque ejecuté el plan; no podía perder el tiempo. Había muchas cosas que pagar. Lo logré también porque nuestra industria paga muy bien los buenos resultados y es el mejor socio en tiempos difíciles.
Ya pasaron 10 años desde ese momento; sin embargo, estoy convencido de que todos podemos sortear cualquier crisis si ponemos todo lo que está en nuestras manos y nos hacemos acompañar de un buen líder.
Yo aprendí cuatro cosas de este proceso:
- Si la buena actitud es indispensable para salir adelante, empezar a trabajar cualquier proyecto con una mentalidad ganadora y con entusiasmo es indispensable para el éxito.
- Tenemos que planear para tener un buen resultado, establecer metas y tareas por escrito; sin un plan, no sabemos de dónde partimos ni hacia dónde vamos.
- Trabaja el plan; no lo cambies; haz ajustes de ser necesario. Las cosas funcionan si les das tiempo para madurar de manera correcta.
- Trabaja inteligentemente. Con una cita al día, no me podía dar el lujo de no escoger a quien iba a ver y estar perfectamente preparado y capacitado para ella.
Colegas, cada uno de nosotros tiene la libertad de responder ante la situación que hoy estamos enfrentando con la mejor actitud y convencidos de que vamos a salir adelante, o dejándonos derrotar por el entorno. El lugar en el que fijes la mirada y tus mejores intenciones determinará tu camino.