La pequeña y mediana empresa representa 99 por ciento del sector privado en México. Sin embargo, alrededor de 33 por ciento de los nuevos emprendimientos fracasa en el primer año y solo 35 por ciento sigue funcionando luego de un lustro.
Por lo anterior, es clave que los agentes de seguros sean disciplinados en su anhelo de convertirse en empresarios y estén al tanto de los retos más comunes que podrían enfrentar al iniciar un emprendimiento. En tal sentido, BBVA México comparte las causas más frecuentes del por qué fracasan los negocios pequeños:
Mal manejo de las finanzas y flujo de caja. Este es un problema muy común, pero cada empresa lo sufre en diferente medida. Hay algunas que tienen pocas ventas, otras padecen de costos altos, errores en la contabilidad, procesos ineficientes, etcétera. Dicho error se debe a que en algún punto de la planeación de negocios no se consideraron algunos detalles que suceden en la práctica. Por lo tanto, el flujo de caja se sale de control.
Procesos no establecidos. Estandarizar procesos es tan necesario en las empresas como vender. Un negocio no se puede dar el lujo de hacer cada vez las cosas de manera diferente; de modo que siempre tienen que llevarse a cabo las tareas de forma eficaz y con el menor costo posible. En este punto, la estandarización permite tener los costos delimitados.
Problemas en el precio y amplio abanico de productos. El precio y los productos o servicios que ofrezca son un área clave para determinar el éxito del emprendimiento. Su empresa puede funcionar “como reloj” pero si el abanico de productos que ofrece no es el indicado, o el precio no está bien calculado, su negocio sucumbirá, puesto que no está resolviendo una necesidad al mercado o lo hace a un precio incorrecto: puede ser caro o, peor aún, muy barato.
Equipo de trabajo inadecuado. Piénselo de manera simple: cada persona que contrate debe contribuir al crecimiento de su empresa. Recuerde que la mano de obra es el costo fijo más alto en una organización. Entonces, cada colaborador debe justificar con ganancia lo que le paga. De lo contrario, solo está regalando el dinero.
No adaptarse a los cambios. Las empresas tienen que tener la habilidad de cambiar para adaptarse a los mercados. Por definición, un mercado no es estático; es decir, siempre tiene variaciones. Por consiguiente, es esencial que como empresario analice los cambios que se producen en el entorno. Si detecta una alteración y logra adaptarse rápidamente, le sacará ventaja a la competencia.