Estudios epidemiológicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado una alta prevalencia de trastornos mentales y neurológicos entre la población en general, e indican que la pandemia de COVID-19 ha acrecentado este problema. Antes de esto, una de cada cuatro personas en el mundo sufría tales padecimientos, con un costo anual para la economía mundial de un billón de dólares. Y en nuestro país, la situación no es menos alarmante, ya que de acuerdo con la Sociedad Psicoanalítica de México, la depresión será la principal enfermedad mental en 2021.
Así lo revela Grupo AXA a través de un comunicado de prensa, que indica que en 2021 en México, la salud mental jugará un papel preponderante en el bienestar de las personas y detalla que de acuerdo con la Encuesta sobre Riesgos Emergentes, este tipo de padecimientos subió 11 posiciones respecto a la escala del año anterior a nivel mundial, lo cual denota el incremento en la preocupación sobre este tema.
El informe añade que tan solo en Jalisco, el Instituto Jalisciense de Salud Mental reporta que -del 19 de abril al 1° de septiembre- registró 12,6633 llamadas a las líneas de intervención en crisis, 400 por ciento más de lo que recibía antes de la pandemia.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recibió 1,379 solicitudes de atención e información sobre salud mental de derechohabientes y trabajadores, del 25 de mayo al 11 de junio del año pasado.
El comunicado también señala que en el país, para atender el efecto en la salud mental de los periodos de aislamiento social y los cambios obligados en las rutinas cotidianas, las personas han recurrido a la atención de especialistas en el tema. A lo largo de 2020, el equipo de salud de la alianza AXA Keralty brindó más de 4,000 consultas de psicología, de las cuales cerca de 3,000 fueron realizadas por videoconferencia.
Las principales afectaciones mentales atendidas por los especialistas de los Centros de Atención Médica de la alianza fueron trastornos de ansiedad, problemas relacionados con el grupo primario de apoyo -padres, pareja o hijos-, y episodios depresivos.
Cabe mencionar que, los adultos entre 25 y 40 años representaron casi 40 por ciento de estas consultas durante el año anterior; mientras que las personas mayores de 60 años fueron 12 por ciento; y los niños de hasta 14 años solo 4 por ciento.
Esto significa que la pandemia por COVID-19 no solo aumentó los casos de problemas mentales en la población en general, también ha afectado a los especialistas, como lo demuestra una encuesta realizada a más de mil integrantes del personal médico y de enfermería en China, que revela que 50 por ciento de ellos reportó síntomas de depresión; 44 por ciento, de ansiedad y 34 por ciento, insomnio o dificultades para conciliar el sueño.
“Es importante tener consulta y orientación psicológica de forma periódica para prevenir y reducir los efectos negativos en nuestra salud mental. No es necesario tener un diagnóstico de depresión o síntomas de ansiedad para acudir a un especialista. Los niños pequeños no manifiestan de igual forma los síntomas de depresión o ansiedad que un adulto.
Ellos no pueden decidir por sí mismos e ir a tomar una consulta con un psicólogo, por lo que queda en los padres y tutores la responsabilidad de llevarlos y crear ese buen hábito”, apuntó la doctora Laura Gómez, subdirectora de Centros de Atención Médica de AXA Keralty.