Como consecuencia de la extensa duración de la pandemia y sus colaterales secuelas económicas, tres de cada 10 habitantes de Ciudad de México (CDMX) reconoce presentar síntomas severos de ansiedad. Asimismo, dicho síndrome mental se registra en 39 por ciento de los hogares considerados como pobres, revela una investigación de la Universidad Iberoamericana.
Los hallazgos de la casa de estudios forman parte de su investigación denominada #ENCOVID19 CDMX, en la que se apunta asimismo que la reducción en el ingreso económico, desde que comenzó el confinamiento social hasta julio de 2020, afectó a siete de cada 10 de los hogares posicionados en la capital de la república y que tienen al menos un niño como parte del núcleo familiar.
La investigación refiere que derivado de la pandemia desatada por el nuevo coronavirus, la desocupación (población desempleada, descansada o que no puede salir a buscar trabajo) en CDMX ascendió a 10.2 por ciento a julio de este año. Además, puntualiza que en el sector informal, se registra un índice de desocupación de 14.3 por ciento.
Los resultados del análisis arrojan que 65 por ciento de los hogares en CDMX afirma estar considerablemente preocupado sobre las consecuencias que provoca el virus SARS-CoV-2 en el organismo humano. Además, 85 por ciento de los encuestados asevera que no pudo llevar a cabo un confinamiento social estricto, ya que se vio obligado a salir a trabajar.
El diagnóstico se refiere a los efectos que provocó el cierre de las escuelas y la instrumentación de modalidades de educación a distancia, debido a la expansión de la COVID-19. Al respecto, detalla que para finales del ciclo escolar 2019-2020, nueve de cada 10 niños lograron continuar con su educación en el periodo de confinamiento. Por tanto, se puede inferir que hay una proporción de personas en edad infantil que abandonaron sus estudios.
Por último, la encuesta difundida por la Universidad Iberoamericana apunta que en siete de cada 10 hogares de CDMX, la carga de cuidado de niños recayó en las mujeres; mientras que en seis de cada 10 familias, las madres fueron las responsables de acompañar a los estudiantes a clases y tareas escolares.