América Latina es una de las regiones del orbe más afectadas por la pandemia de COVID-19 y se estima que su recuperación económica no será sencilla; por esa razón, para las aseguradoras de la zona, incluyendo las que operan en México, superar la crisis tomará tiempo. Además, su crecimiento será presionado y oscurecido por el precario panorama financiero, alerta la calificadora Standard & Poor’s (S&P).
La perspectiva de la agencia se desprende de su análisis denominado COVID-19 e impacto de los precios del petróleo oscurecen aún más el panorama para las aseguradoras en América Latina, el cual apunta que las instituciones de seguros de Latinoamérica se enfrentan en la actualidad al desafío de aumentar los volúmenes de primas, además de retener a sus clientes en medio de un ambiente económico profundamente convulsionado.
S&P advierte que los resultados de suscripción de las instituciones de seguros podrían caer en medio de sus esfuerzos por retener a su cartera, lo que generaría descuentos en las primas o mayores costos de adquisición. En la actualidad, añade la calificadora, existen varios factores que limitan la demanda de productos y servicios asociados a la administración de riesgos en América Latina, en particular para pólizas individuales, como el rápido aumento del desempleo, la disminución de los ingresos de los hogares y la desaceleración del otorgamiento de créditos, que en años anteriores funcionaron como una palanca de crecimiento para la industria.
A pesar de lo anterior, el reporte afirma que las aseguradoras diversificadas, con amplios canales de distribución y un sólido reconocimiento o reputación de marca, estarán en una mejor posición para superar la crisis desatada por la diseminación del virus SARS-CoV-2.
Siniestros más costosos
En su análisis, la calificadora pronostica que el debilitamiento de las monedas de la región y las interrupciones en las cadenas de suministro elevarían los costos de los siniestros, particularmente como consecuencia de la inflación asociada a la atención médica y una creciente demanda de insumos médicos, junto con mayores costos de las autopartes que están vinculadas al dólar.
S&P refiere que aunque las medidas de confinamiento para paliar la expansión de la COVID-19 en América Latina se han traducido en una drástica reducción en el número de accidentes de tránsito, los crecientes niveles de violencia y los costos de los siniestros podrían presionar los resultados técnicos de las aseguradoras con operación en el ramo Autos.
Adiós al crecimiento sostenido
El diagnóstico de S&P detalla que el Producto Interno Bruto (PIB) de México registrará una caída de 8.5 por ciento al cierre de 2020, mientras que en 2021 apenas experimentará un crecimiento de 3 por ciento. En tal sentido, la investigación especifica que este escenario financiero dañará las expectativas de crecimiento del sector de los seguros durante este año y el siguiente.
Aunado a lo descrito, la calificadora subraya que las tasas de interés más bajas y el debilitamiento del peso mexicano afectarán los resultados netos de las aseguradoras en los próximos 18 meses; por ello, pronostica que el sector seguros de México acuse una contracción de alrededor de 5 por ciento, en cuanto a primas brutas suscritas. En lo que se refiere a la utilidad neta, la industria sufrirá un decremento de hasta 15 por ciento.
Características que lo hacen resistente
La investigación de S&P destaca que pese a la profunda recesión y a las difíciles condiciones operativas que hoy sacuden a las instituciones, el sector de seguros tiene ciertas características que le ayudarán a sortear la crisis y les permitirá evitar un daño significativo en su perfil de negocio y financiero, como la adecuada suscripción, las políticas de inversión conservadoras y su incuestionable índice de solvencia.
Por último, el análisis compartido por la calificadora sostiene que las compañías de seguros en América Latina tienen un largo y exitoso historial de operación durante las constantes crisis económicas que han azotado a la región. Por consiguiente, concluye, podrán sortear con éxito la coyuntura financiera, siempre y cuando cuenten con el respaldo de un buen reasegurador, aliados comerciales que desempeñarán un rol crucial en la actual crisis y que les inyectará estabilidad a los balances financieros de las instituciones, así como flexibilidad, en cuanto a controles de gastos y precios.