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Sistemas de pensiones no están preparados para la crisis que se avecina, alerta Allianz

El Asegurador

Para el año 2050, serán más de 1,500 millones de personas en el mundo las que estarán en edad de jubilación -el doble de la cifra actual-, lo cual pondrá a los sistemas de pensiones de todo el orbe bajo una gran presión, ya que ninguna de dichas plataformas está preparada para sostener a este gran cúmulo de individuos.

La conclusión anterior se desprende del estudio denominado Informe Global de Pensiones 2020, elaborado por Allianz, multinacional alemana de servicios financieros. En esta investigación se destaca asimismo que la primera prueba que enfrentarán los gobiernos en materia pensionaria se presentará en los próximos años, cuando la generación compuesta por los baby boomers (personas nacidas entre 1946 y 1964) comience a jubilarse en masa; sin embargo, advierte, dicho grupo etario no contará con los recursos para poder sortear los gastos asociados a su vejez.

Para 2050, continúa el estudio, casi todas las regiones experimentarán un cambio demográfico notable; por ejemplo, la proporción de personas de 65 años o más aumentará del 9 por ciento actual al 16 por ciento a escala global. En el caso de Europa -el continente más antiguo, en términos de edad de sus habitantes- lo seguirá siendo incluso después de tres décadas, visto que el 28 por ciento de su población tendrá 65 años o más para ese entonces.

De acuerdo con el grupo de economistas de Allianz que se involucraron en el informe, para poder contar con un buen sistema de pensiones, es necesario que la plataforma sea sostenible. Por lo que, estos expertos, liderados por Michaela Grimm, probaron diferentes parámetros -puntos de partida financieros y demográficos, sustentabilidad y adecuación- en varios países, con el objetivo de medir qué tan listos están en cuanto al API (Índice de Pensiones Allianz, por sus siglas en inglés).

En lo que se refiere al índice de situación financiera y lo asociado a los puntos de partida demográficos, muchos países emergentes de África y Asia ocuparon un lugar destacado debido a su población joven y sus bajos déficits y deudas públicas; ahora bien, en países europeos como Italia y Portugal se obtuvieron resultados negativos.

A todo el análisis se le sumó la crisis a la que se enfrenta el mundo derivado de la COVID-19, coyuntura que obliga a los gobiernos a redoblar sus esfuerzos actuales para poder reformar los sistemas de pensiones, ya que lo que quedaba de margen financiero para ello, se ha ido para siempre, señaló Michaela Grimm.

Retomando el ranking del API, Suecia, Bélgica, Dinamarca, Nueva Zelanda y Estados Unidos son los países que encabezan dicha lista con las mejores calificaciones. Cabe señalar que ningún país asiático se posicionó en los primeros lugares de la clasificación. China, por su parte, ocupó el puesto número 11.

Estados Unidos se encuentra en una posición destacada a causa de su gran margen financiero y su demografía relativamente benigna, en comparación con otras naciones industrializadas, afirman los expertos de Allianz. En Italia, por ejemplo, a pesar de que su sistema brilla en lo que respecta a adecuación y sostenibilidad, la nación lucha en los puntos de partida del margen financiero y el envejecimiento de su población (realidades que la pandemia que desató la expansión del SARS-CoV-2 radicalizó aún más).

Por su parte, España ocupa el puesto 44 del ranking. En tal sentido, el análisis sostiene que aunque su sistema público de pensiones es generoso, puede no ser sostenible a largo plazo. Entre tanto, Francia -que se ubicó en el peldaño 51 de la clasificación- debe replantear factores como una mayor edad de jubilación, deducciones anticipadas y un factor demográfico en la fórmula de pensión.

El estudio indica que a pesar de que en el pasado reciente diferentes generaciones se han enfrentado a varios temas difíciles como el cambio climático, las pensiones podrían ser la próxima crisis generacional.

Ludovic Subran, economista jefe de Allianz, hace hincapié en que aunque en estos momentos todo el mundo parece estar paralizado por la COVID-19, la política de pensiones es un tema toral que no debe perderse de vista ni subestimarse. Incluso, aseveró, tendría que formar parte integral de toda la estrategia de recuperación de los países, pues es clave para desbloquear los ahorros preventivos y abordar las crecientes desigualdades.

“Si no se puede luchar contra la crisis de las pensiones que se avecina, el tejido social podría debilitarse aún más a nivel mundial, lo que generará un peligroso aumento del populismo en muchas naciones, con todas las consecuencias negativas que esto implicaría para la libertad económica e individual; por eso, es necesario comenzar a actuar ya”, concluyó el economista jefe de Allianz.

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