La pandemia a causa de la COVID-19 azotó al mundo por sorpresa y se perfiló como una peligrosa daga que pasó factura sin distinción de personas, organizaciones y gobiernos de todo el orbe. En el terreno del sector asegurador, dicho fenómeno sanitario puso en evidencia considerables áreas de oportunidad en cuanto a cómo gestionar las crisis y administrar riesgos emergentes; por lo que resulta obligatorio que la industria se enfoque en el diseño de coberturas inclusivas y que ofrezcan una mayor preparación para el futuro de los consumidores de bajos ingresos y a segmentos productivos como las pequeñas y medianas empresas.
La anterior reflexión es parte de una investigación difundida por Microinsurance Network (MiN), firma especializada en microseguros, titulada Respuestas al COVID-19, el alcance de la esperanza, en la que se advierte que la mayoría de los hogares de bajos ingresos carecen de medidas formales de gestión de riesgos. Tampoco, añade, cuentan con mecanismos de protección social; de tal suerte que es complejo que tengan la resiliencia necesaria para sortear con éxito los posibles riesgos y los desastres imprevisibles.
El análisis de la firma es enfático y señala que las instituciones de seguros con participación en el segmento de microseguros tendrían que virar su atención en la distribución de coberturas concebidas a cubrir las necesidades específicas de una población de bajo ingreso, pero que es muy amplia; una apuesta que, según destaca, respondería a la aspiración de las aseguradoras de erigirse como ciudadanos corporativos responsables.
Los aseguradores, plantea MiN, tendrían que aprovechar las oportunidades de mercado que produjo la COVID-19 como un catalizador para garantizar que la población en general sea consciente de cómo podría estar mejor protegida contra conmociones como las pandemias o las depresiones económicas.
Eficiencia digital, crucial para la supervivencia
En otro punto del estudio, se precisa que la pandemia que produjo la expansión del virus SARS-CoV-2 fue un llamado de atención para el sector asegurador, visto que probablemente nunca en la historia de la sociedad moderna ha sido tan alta la demanda de productos para proteger la caída del ingreso en los consumidores emergentes, independientemente del acceso a una atención sanitaria adecuada.
Aunado a lo anterior, MiN indica que la digitalización de los procesos en el seno de las aseguradoras indudablemente ha cobrado impulso, una realidad que aceleró la tendencia que existía de mejorar la eficiencia, la prestación de servicios, y que ahora se ha convertido en una estrategia crucial para la supervivencia de las empresas que integran a la industria.
La investigación incluye una encuesta efectuada por la firma a miembros de toda la cadena de valor de seguros con operación en África, Asia, Europa y América, que arroja que para 75 por ciento de los consultados, la crisis que produjo la COVID-19 aceleró la digitalización de sus operaciones.
Además, los envíos digitales y el auto registro se han multiplicado por ocho, lo que demuestra un categórico aumento de la demanda de los clientes hacia plataformas en línea, puntualiza el análisis de MiN. Por si esto fuera poco, la firma destaca que la mayoría de los encuestados se mostraron orgullosos de su conectividad interna; su infraestructura basada en la nube; y sus sistemas de pago digital que están en funcionamiento; de manera que la tramitación de pólizas y de solicitudes de indemnización ha acusado un ritmo fluido y similar al que existía antes de la crisis epidemiológica.
El sector está “engrasando la maquinaria”
Casi al término del análisis, se anota que en el sector asegurador la preparación para el futuro ya está en marcha. Al respecto, el estudio puntualiza que las aseguradoras instrumentaron ciertos análisis para sus planes futuros, llevaron a cabo la revisión de sus proyecciones basadas en los escenarios de recuperación y están realizando investigaciones de mercado para comprender la actual situación social, sanitaria y demográfica. Además, resalta, las instituciones han mostrado interés por consolidar alianzas colaborativas, todo ello con el objetivo de promover un mayor uso de los productos y servicios que distribuye el sector, lo que redundará en un cierre mucho más dinámico de la brecha de protección.
Por último, MiN destaca que la coyuntura que produjo la COVID-19 orilló al sector seguros a adaptarse, especialmente en materia de digitalización, sin perder de vista que como nunca antes las aseguradoras han tenido que cerciorarse que las coberturas ensambladas realmente se ajustan a las expectativas de los clientes, una apuesta que, concluye, les permitirá comercializar productos valiosos que los clientes conozcan y comprendan.