La administración integral de riesgos debe considerar metodologías como la innovación, de tal suerte que los productos y servicios asociados a esta actividad sean relevantes para los clientes, aseguró John Bruno, director de Operaciones y de Análisis de Datos de AON, quien añadió que la pandemia a raíz de la COVID-19 tendrá efectos en la economía y el sentimiento empresarial; por ese motivo, los competidores más relevantes de la industria aseguradora deben ser un jugador importante dentro del ecosistema insurtech, una apuesta que les permitirá seguir manteniendo una propuesta de valor relevante, sólida y así logren recuperarse en medio de un mercado que cada vez será más complejo y exigente.
Bruno hizo referencia a la Encuesta de gestión de riesgos globales de Aon de 2019, investigación que encontró que la mayoría de los riesgos que preocupan a las empresas, incluyendo a las pandemias, no son asegurables actualmente. Indicó asimismo que esto está sucediendo en un momento en que el gasto total en seguros como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se está estancando; sin embargo, aseguró, existe una oportunidad para que las aseguradoras satisfagan las necesidades asociadas a la administración de riesgos, las cuales son cada vez más complejas, ya que los clientes actualmente exigen coberturas novedosas y relevantes.
Con base en el reporte titulado ¿Insurtech, inmune al COVID-19?, elaborado también por AON, Bruno destacó que está claro que las nuevas tecnologías, y específicamente los avances en digitalización, representan la plataforma de lanzamiento más acorde para que se logren ensamblar soluciones innovadoras que ayuden a los clientes a gestionar mejor sus riesgos; de modo que finalmente se logre cerrar la brecha de protección.
Como resultado, las insurtech se han movido rápidamente para captar la atención de inversionistas con intereses en la industria aseguradora, quienes cada vez prestan una atención mayor sobre esta clase de competidores digitales.
El ejecutivo de AON refiere que entre 2014 y 2018, la inversión en insurtech en Estados Unidos creció de 500,000 dólares a 2,500 millones de dólares, lo que se traduce en un aumento del 625 por ciento. Subrayó asimismo que la inversión global en insurtech aumentó de 1,100 millones a casi 4,000 millones de dólares, un aumento del 360 por ciento durante el mismo período.
Bruno refiere que en el segmento insurtech, los niveles de capital de riesgo tradicional (VC) en el mercado son más altos que nunca. “Creo que las nuevas empresas también recurrirán cada vez más a vías no tradicionales, como el capital de riesgo corporativo (CVC) e incluso los fondos soberanos. Como evidencia adicional, el segmento insurtech se benefició de aproximadamente 6,800 millones de dólares en financiamiento en 2019, sin perder de vista que recibió otros 10,300 millones de dólares, derivado de fusiones y adquisiciones.
El directivo de AON precisó que la anterior inversión permitirá a la industria aseguradora abordar las necesidades de los mercados de alto crecimiento, como los riesgos emergentes y las economías en desarrollo. “Al responder a necesidades no satisfechas, ayudamos a que los asegurados sean más resistentes en este entorno de riesgo cada vez más dinámico. Es importante destacar que, al mismo tiempo, no solo atendemos mejor a los clientes, sino que aumentamos el tamaño del pastel para todos los interesados en la industria de seguros”, sostuvo.
COVID-19 como catalizador
¿Pero podría la COVID-19 retrasar la marcha de las insurtech? El representante de AON acotó que los inversionistas de todas las industrias están en modo “esperar y ver”. Amplió que si bien se estima un efecto negativo a corto plazo en el financiamiento mientras hay una mayor certeza al respecto, nada asegura que la COVID-19 modificará la tendencia de crecimiento macro para las insurtech.
Por otro lado, las compañías de capital de riesgo están reduciendo sus líneas de crédito porque quieren que las nuevas empresas en las que invierten tengan suficiente efectivo para continuar inventando durante la crisis. En este sentido, “es importante destacar que reconocen que la crisis puede estimular potencialmente la innovación y ésta, a su vez, aumenta la resiliencia y promueve la recuperación”, señaló Bruno.
En lo que respecta al comercio, continuó el funcionario de AON, las empresas buscarán reorganizarse e incluso reinventarse después de la pandemia de COVID-19. El sector de suministro de alimentos, por ejemplo, seguramente pensará de manera diferente sobre el mundo posterior a la COVID-19 después de esta “interrupción contingente de negocios” sin precedentes.
Los minoristas grandes y pequeños, así como las empresas de atención médica, están activando a los trabajadores que no están cubiertos por un seguro médico; y las empresas contratan a más trabajadores para satisfacer sus necesidades de entrega, dijo Bruno. Esto significa, sostuvo, que las cadenas de suministro deben ser más flexibles y más tecnológicas.
Por supuesto, la COVID-19 tendrá un efecto en la economía y el sentimiento empresarial, afirmó Bruno; sin embargo, añadió, también es un llamado a la innovación para los empresarios e inversionistas asociados al segmento insurtech.
En particular, el director de Operaciones de AON alertó que es vital que se guie a los empresarios minoritarios en tecnología emergente; de manera que logren aumentar el valor de sus negocios, resolver sus problemas y atender sus necesidades incluso mejor que a través de los medios tradicionales.
Para finalizar, Bruno puntualizó que la crisis pandémica global va a desencadenar un punto de quiebre para acelerar la digitalización en seguros. “Las soluciones resultantes ayudarán a resolver las fracturas creadas por el brote del virus SARS-CoV-2 y, en última instancia, obligará a las instituciones de seguros a analizar sin cortapisas cómo interactúan los consumidores y las empresas con las soluciones de transferencia de riesgos”, concluyó.