Si la pandemia a raíz de la COVID-19 se radicaliza y las autoridades sanitarias se ven obligadas a imponer drásticas restricciones entre 12 y 18 meses, las empresas tendrán que reinventar fundamental y drásticamente su portafolio de productos; de modo que puedan satisfacer las nuevas demandas de los consumidores, advierte la consultora Nielsen.
El augurio de la firma corresponde a su más reciente análisis titulado La vida más allá del COVID-19, en el que se apunta asimismo que si las estrategias para tratar de frenar la diseminación del SARS-CoV-2 no dan resultado, las consecuencias económicas, financieras y sociales serán mucho más graves para los países; por lo que, apunta, será imperativo que no solo los gobiernos, sino también las empresas, desarrollen nuevas estrategias para revivir el consumo y la economía.
De acuerdo con Nielsen, muchos consumidores, a causa de la COVID-19, redistribuirán inevitablemente sus gastos o buscarán ahorros en actividades fuera del hogar, lo que generará efectos negativos en la industria de la moda, restaurantes, servicios de comida a domicilio, viajes y turismo.
Fabiola de la Portilla, directora global de Inteligencia en Nielsen, señaló que frente a la nueva normalidad, tanto en América Latina como en el mundo los consumidores se verán obligados a sustituir el consumo de productos básicos por marcas propias o que tengan un menor valor.
“En este contexto, las marcas corporativas tendrán que repensar sus estrategias promocionales y revisar sus propuestas de valor; de tal manera que logren incentivar la compra de productos no básicos y se justifique el precio”, sostuvo De la Portilla.
Por último, Nielsen precisa que la pandemia que produjo la COVID-19 aceleró la demanda del comercio electrónico. En tal sentido, la investigación concluye que el evento sanitario generó una adopción mucho más rápida de los canales de distribución digitales, situación que difícilmente se revertirá, incluso después de que se logre mitigar por completo el SARS-CoV-2.