Responsabilidad social

Charlemos seguros

El asegurador

Sembrar árboles es loable.

Trabajé en dos compañías aseguradoras que cada año llevaban a su personal a algún cerro previamente seleccionado a hacer sus pininos  como reforestadores, bajo la benevolente mirada de los lugareños, contratados para “pastorear” a los inútiles citadinos. Los expertos miraban divertidos los esfuerzos de Karina o de Enrique para cavar, colocar el arbolito y cubrir con tierra el hoyo. ¿Fácil? Cuando los experimentados agricultores tomaban la pala, nos recordaban, sin decir una palabra, el viejo adagio: zapatero a tus zapatos.      

Afortunadamente, el concepto de responsabilidad social  ha evolucionado, y hoy las aseguradoras que aspiran al codiciado reconocimiento ESR (Empresa Socialmente Responsable)  saben que tienen que hacer algo más que un día de campo al año.

La Responsabilidad Social es un concepto integral en el que  es necesario incluir  iniciativas en beneficio del entorno, como la siembra de árboles; y también, por supuesto, obras filantrópicas, como ayudar a asilos u orfanatos. 

Sin embargo  hay otras, menos llamativas  pero de gran trascendencia, como las prácticas anticorrupción y de competencia sana, y la que es, desde mi punto de vista, la de mayor impacto: enfoque  integral de la responsabilidad económica de la empresa, no únicamente para otorgar un beneficio a sus accionistas, sino a toda la comunidad. 

En términos llanos, preparar un estado de resultados  donde no sólo se registren los ingresos y los egresos de la empresa, sino también los costos derivados de su actividad, como el costo de contaminar o perjudicar el patrimonio de la comunidad, así como los ingresos por las actividades desarrolladas para el beneficio común.

¿Cuáles son las empresas mexicanas que marcan la pauta? ¿Hay alguna del sector financiero? ¿Una aseguradora tal vez?

Los líderes en Responsabilidad Social no son tan fáciles de identificar, pues los caracteriza la modestia. Los continuos programas de responsabilidad social de Toks, cadena de restaurantes que surgió de las cenizas de un servicio malo y una comida peor para convertirse en un referente del sector de las cafeterías, son notables.

Toks capacita a los futuros chefs en sus instalaciones y compra directamente mermelada a mujeres productoras de Oaxaca. Y hace mucho más.

 

Otra de las medidas concretas de Toks para beneficiar comunidades es ésta: la  empresa compraba miel a una trasnacional;  una comunidad del sur del país contactó al área de compras de la cadena y le ofreció la miel a un precio menor. ¿Qué hizo Toks? ¿Aprovechó la oportunidad de un mayor beneficio propio? Por el contrario, la cadena de restaurantes cambió de proveedor, pagó lo que le pedían y aportó, sin contrato de exclusividad, una cantidad equivalente a la diferencia del precio que pagaban con el antiguo proveedor, en beneficio de la comunidad productora.

Una de las acciones  más recientes es la venta de pulseras artesanales en sus restaurantes, en beneficio de la Fundación Casa de la Amistad, la cual socorre a niños enfermos de cáncer. 

Otro programa consiste en ayudar a los productores de café, afectados por una larguísima cadena de intermediación. El precio que pagamos en restaurantes y cafeterías es alto, pero  de ese dinero poco llega a quienes siembran y cosechan el grano. Toks eliminó intermediarios, y ahora tiene una relación directa con quienes le entregan el café que sirven en sus restaurantes. Esta empresa tiene las oportunidades a la mano, y no se devana el seso buscándolas fuera de su ámbito de competencia.

Otra empresa mexicana está comprometida con su responsabilidad social, a pesar de los problemas financieros que ha enfrentado. Se trata de Cemex,  el gigante global dedicado a la producción de materiales para la construcción, con presencia en más de 50 países.

¿Qué hace esta empresa?

Cuidar el impacto ambiental de sus actividades es su prioridad. Mejor lo que está cerca. ¿Para qué inventar el hilo negro si el beneficio social está al alcance de la mano?

 

Proyectos de revitalización de minas con el objetivo de  recuperar esas áreas de explotación para la obtención de materiales y regresarlas a su estado primitivo. También exploran y contribuyen  al mantenimiento de la biodiversidad de especies en peligro.

Por otra parte, Cemex  busca innovar en su terreno  con tecnologías sostenibles que logran lo mismo pero con menor impacto ambiental, como el CCR, una alternativa de pavimentación sin revestimiento, utilizando menos material y reduciendo la huella de dióxido de carbono.   

En el sector financiero está BBVA Bancomer, tanto en banco como en aseguradora.

En la Torre BBVA Bancomer se registran ahorros en energía y  agua, y los materiales reciclados llegan a 75 por ciento.    

Tanto el banco como la aseguradora han implementado horarios escalonados, programas de transporte corporativo y salas de lactancia. También patrocinan seminarios de administración de dinero (banco) y   la estación de bomberos en Kidzania, el espacio familiar de tamaño infantil donde los niños asumen los roles propios de las actividades de una ciudad.

Las acciones de BBVA son loables, por supuesto, pero nos quedan a deber. A diferencia de Toks o de Cemex,  las acciones directas en su ámbito de actividad son escasas.

¿Qué podría hacer una aseguradora por la comunidad?

Paquetes mixtos de protección para familias de escasos recursos en caso de enfermedad y accidente, combinando la cobertura del IMSS con coberturas de enfermedades catastróficas y un seguro muy económico de Gastos Médicos Mayores; seguros  de Responsabilidad Civil Automóviles por daños a terceros,  con suma asegurada baja y una contribución de 50 por ciento  de la prima por parte de la aseguradora; seguros  de Vida para menores de 30 años con padres como beneficiarios a precio de costo, muy bajo por supuesto; seguros  de Accidentes Personales para estudiantes;  seminarios de protección de vivienda contra incendio e inundación en diferentes comunidades y muchas otras acciones para hacer visible el concepto de seguro, alejarlo de la mala imagen que ha arrastrado por años y proyectarlo en el inconsciente de una comunidad que anhela un servicio que desconoce.

El sector se queda corto en imaginación y voluntad de cumplir con su responsabilidad social.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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