La posibilidad de que un mortal huracán en El Caribe coincida con el auge de la pandemia del COVID-19 tiene en vilo a los países de esta región, ya que no cuentan con los recursos ni los suministros suficientes para sortear este crítico escenario.
De acuerdo con información de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés), los mayores retos que afrontarán los países en El Caribe, sobretodo porque han sufrido considerablemente los efectos económicos de la COVID-19, serán capacitar rescatistas, aumentar las capacidades médicas y obtener equipos de protección.
De acuerdo con diversos expertos, a medida que se va “contrarrestando la curva”, es probable que aún se presenten numerosos casos en El Caribe, donde la planificación de contingencias para la temporada de huracanes; así como los ensayos y prácticas generales resulten afectados por la pandemia.
“Quizás habrá un intervalo entre ambos hechos y tendremos oportunidades para prepararnos mejor, pero si esto no sucede, y hay puntos coincidentes entre la COVID-19 y la temporada de huracanes, la situación será más crítica”, afirmó Walter Cotte, director regional para las Américas de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Cotte también explicó que entre 10 y 20 por ciento de los rescatistas están bien equipados y capacitados para salvar a personas en una emergencia. Además, agregó que se están realizando esfuerzos para asegurarse de que alrededor de 30 por ciento del personal especializado esté también capacitado y bien equipado.
“La gran demanda a nivel mundial de equipo de protección para casos de emergencia está disparando los precios y haciendo que sea difícil encontrar suficientes suministros para las personas situadas en la línea de combate contra el virus”, añadió el funcionario.
Por último, sostuvo que la crisis ocasionada por la COVID-19 podría consumir los fondos de emergencia establecidos para hacer frente a un huracán, mientras que, al mismo tiempo, será más difícil obtener fondos provenientes de donantes internacionales para aumentar las oportunidades de financiamiento.