Marco Aurelio vivió estoicamente en medio de guerras, luchas por el poder, pestes, desgracias, etcétera. El filósofo emperador escribió de manera muy significativa esto en medio de la calamidad: “Una enfermedad como la peste sólo puede amenazar tu vida; pero el mal, el egoísmo, el orgullo, la hipocresía y el miedo atacan tu propia humanidad”.
Los estoicos sostenían que para lograr la fortaleza que permite navegar en la adversidad es fundamental hacer un trabajo de autoescrutinio y autoobservación. “Aquellos que no observan los movimientos de su propia mente necesariamente serán infelices”, expresa Marco Aurelio en sus Meditaciones.
Es por esta razón por la que quiero invitarte a reflexionar sobre la gestión de esta crisis sanitaria con tu equipo. Mi objetivo con ello es extender la conciencia del líder.
Estilo de comunicación
¿Tus mensajes han sido claros, contundentes, alentadores?
Vale la pena que en estos momentos compartas con tu equipo que las crisis poseen tres características: tienen solución, fecha de caducidad y dejan un aprendizaje; pero sí, nadie debe dudar de que estamos ante una crisis…
Sería incorrecto negar la situación o minimizarla: “Vamos bien”, “No es para tanto, no se asusten”, “Ánimo”. A veces, estas palabras suenan huecas y se perciben distantes cuando las reciben personas que se muestran preocupadas, o incluso desesperadas.
Esto último me lleva al siguiente punto.
Empatía y comprensión
¿Has comprendido los diferentes tipos de respuesta emocional que puede haber en tu equipo? Encontrarás a personas tranquilas, indiferentes, tristes, enojadas, angustiadas.
Quizá emocionalmente te vincules más con aquellas que respondan de la misma forma en que tú lo haces. No obstante, el reto es asimilar que cada persona transita una crisis por diversos caminos. Por lo tanto, no minimices, no les digas a las personas angustiadas: “¿Por qué te pones así?”. “Enfócate, sé optimista”. Esto puede interpretarse como una tosquedad de tu parte.
Simplemente escucha; no te coloques en un nivel más alto, juzgando desde la altura.
Y, aunque puede parecer obvio, pregúntale a la gente por los suyos. Muchas veces no conocemos las historias de las personas con las que interactuamos día con día. Indiscutible recomendación.
Sé humilde; sirve a tu equipo
Hoy más que nunca tienes la oportunidad de demostrar tu capacidad para servir, no para imponer. ¿Para qué eres líder?
Estás a la cabeza. Tu objetivo es, y siempre ha sido, descubrir y potenciar el talento de tu equipo. Recuerda tu misión.
Preocúpate por las necesidades de tu equipo. No sólo seas el líder que te gustaría ser en este momento; piensa en el líder que a tu equipo le gustaría tener. Demuestra humildad. El humilde no se impone, se pospone. No sólo cuentan hoy tus prioridades; considera las de los otros.
Sé una autoridad moral, no sólo una autoridad formal.
Impulsa a la acción y a la inacción
Los objetivos se mantienen; el trabajo sigue; todos esperan los resultados…
Tu misión será mantenerte enfocado en incitar a la continuidad de actividades. Incitar, mas no presionar. La eficacia en este punto dependerá de tu criterio al distinguir las actividades que permanecen de aquellas que por obvias razones se detienen.
Para los estrategas chinos existe algo llamado el wu-wei, que significa la capacidad para contenerse y saber esperar: es el culmen de la sabiduría. ¿En qué aspectos sigues presionando, cuando lo que necesitas es aprender a esperar?
Evita pronósticos
Probablemente, mucha gente pedirá tu ayuda para comprender qué pasará en un futuro. Será difícil que respondas, aun cuando seas experto en algún campo (economía, energía, sociología, etcétera).
Muchas veces pensamos que algo nos producirá placer; y, cuando ese algo ocurre, no se acopla a nuestra expectativa. Lo mismo pasa con el sufrimiento: podemos pensar que algo nos hará sufrir pero en realidad no sabemos lo que pasará con certeza. Deja sitio para el no saber. Demuestra tolerancia a la confusión.
En la Divina Comedia, el último círculo del Infierno corresponde al profeta, porque ése es sólo campo de Dios. No te adelantes.
Sé congruente
Éste me parece que es el “galardón” para quienes así actúan: si no vas a cumplir lo que pides, tu autoridad moral irá perdiendo fuerza momento a momento. Si pides mantenerse en casa y hacer home office, hazlo; si pides enfocarse, enfócate; si solicitas disciplina y orden, actúa primero tú bajo esos principios.
Recuerda: las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.
Esta experiencia que estamos viviendo probablemente sea única y haremos historia, pero la podemos hacer de dos formas: aprendiendo o sintiéndonos derrotados.
Parafraseando a Nietzche, “que esta experiencia al final sea una experiencia humana, demasiado humana”.