Al momento de escribir estas líneas, la pandemia de COVID-19 se ha esparcido por casi todo el mundo. Sin importar la decisión que usted haya tomado, estimado lector —entre pensar que estamos de vacaciones o apostar por la prevención y tomar en cuenta las recomendaciones oficiales—, quiero compartirle algunos puntos que quizá lo ayuden a apreciar dicha situación desde otra perspectiva, si usted es agente de seguros.
Ante un entorno sanitario complejo, como el actual, los agentes requieren hoy más que nunca apostar por la cercanía —no física, claro— y la asesoría especializada para sus clientes. En cuanto a la intermediación que se ofrezca, es trascendental repasar con sus asegurados las razones por las cuales se adquirió una cobertura, sin perder de vista que es vital verificar si los contratos siguen siendo válidos.
Los agentes hoy en día tienen en sus manos instrumentos financieros deseados por todos, visto que las pólizas de administración de riesgos que intermedian brindan la tranquilidad financiera para sortear los embates asociados a la salud, sin perder de vista que ofrecen serenidad monetaria en el caso de que el ingreso familiar se vea afectado o mermado.
En un punto de inflexión como el actual es imprescindible la cercanía con el cliente, de manera que como asesor se logre proporcionar información confiable, concreta, concisa y precisa; no difusa. Frente a un clima plagado de incertidumbre, es imperativo separar los hechos de las interpretaciones que provoca el miedo. Además, habría que apartarse del camino en el que se crean escenarios inexistentes, derivados de la emocionalidad.
Las preguntas básicas que deben formar parte de sus jornadas como asesor en estos momentos son las siguientes: ¿cuenta con un aliado que le aclare los tecnicismos? ¿Se mantiene informado del contexto nacional e internacional? Más allá de las respuestas a las que llegue con estos planteamientos, lo que sí es obligatorio es que se nutra de fuentes confiables antes de emitir cualquier opinión o juicio. Recuerde que momentos como los que atravesamos en la actualidad marcan precedentes y diferencias en nuestra carrera.
¿Desde su trinchera como asesor ha analizado la forma en que se debe comunicar frente al COVID-19? La recomendación, por ahora, es quedarse en casa. En tal sentido, ¿diseñó un plan para brindar un servicio alternativo a sus clientes, es decir, un servicio que no requiera su presencia física?
Recuerde: desde el punto de vista del acompañamiento existen tres dimensiones: la universal, la colectiva y la individual. Con base en este planteamiento, es vital que recordemos que no somos responsables de las acciones de los demás. Por supuesto que los hechos que nos rodean nos pueden afectar; sin embargo, trabajar con claridad y tranquilidad en nuestro espacio personal nos permitirá sellar buenos resultados. Por añadidura, es evidente que no podemos olvidar tres premisas fundamentales de estos tiempos: #LávateLasManos, #QuédateEnCasa y #TrabajaADistacia.
A las primeras de cambio pareciera que las máximas citadas no se están tomando tan en serio.
También considere la afectación económica que generará el COVID-19. Una guía básica que usted deberá tomar en cuenta estriba en formularse las siguientes preguntas: ¿lo que ocurre en la actualidad afecta a sus objetivos a largo plazo? ¿La postura que está tomando sigue guardando respeto a las promesas que les hizo a sus clientes? ¿Su postura profesional tiene como base la neutralidad o la incertidumbre?
En el mundo de los negocios también es prudente preguntarse: ¿de qué forma será la vida de sus clientes luego de que pase la actual crisis sanitaria? Trabaje para que sea mejor que antes como consecuencia de haberles brindado una asesoría certera y su capacidad para adaptarse con agilidad a situaciones como las actuales, en las que pocos hallan soluciones ante una encrucijada que desde todo punto de vista podría incluso ser más compleja de lo que imaginamos.
Estimado lector, recuerde que, si usted no forma parte de la población altamente vulnerable, es muy probable que desde el punto de vista clínico sortee sin problema la pandemia; sin embargo, no debe perder de vista que también debería tener la capacidad de evolucionar para que comercialmente no se vea afectado ni rebasado.
Es incuestionable que la salud será siempre la prioridad básica para los seres humanos; no obstante, la economía personal también es fundamental para desarrollarnos en la vida. En tal sentido, ¿se ha imaginado cómo será su negocio al término de la pandemia? ¿Está seguro de que su propuesta de valor y su negocio serán más fuertes?
Agentes, hoy como nunca antes el futuro está en sus manos, literal y metafóricamente; empero, como siempre, me quito el sombrero —en señal de respeto—, porque lo que importa es lo que tú pienses.