La potente recesión económica causada por la COVID-19 generará que el número de personas sin ocupación se incremente dramáticamente en el mundo; sin embargo, es factible que la contracción financiera en las industrias genere que el tsunami del desempleo golpee con mayor fuerza al capital humano constituido por jóvenes, alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según la investigación más reciente divulgada por la OIT, denominada Tendencias de empleos juvenil 2020, el capital humano con una edad menor a 25 años tienen una posibilidad de ser despedidos tres veces mayor al resto.
La OIT apunta que en otros momentos de contracción económica, los colaboradores con mayor experiencia han registrado un menor índice de despido; mientras que los jóvenes han sufrido recortes en sus horas de trabajo, disminución de su sueldo, o fueron despedidos ante una situación de crisis de manera más frecuente.
Por último, la OIT alerta que si no se consideran los aspectos mencionados durante la crisis económica en marcha, se corre el riesgo de desperdiciar talento, estudios y formación; de ahí que, concluye, los efectos negativos de la COVID-19 podrían extenderse durante décadas.