Resultado de un estudio elaborado por AON, titulado Encuesta de Salud 2018, los problemas gastroenterológicos se perfilan como la enfermedad que con mayor frecuencia ataca a los empleados en México; indica, además, que este tipo de afecciones es la que más incide en la morbilidad y en la mortalidad de la población laboral activa de este país.
De acuerdo con el estudio mencionado, que analizó la experiencia de 500 empresas, diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad e infarto agudo al miocardio también destacan entre los padecimientos que más sufren los empleados en México. El reporte subraya los tratamientos oncológicos como los más costosos, aunque incluye los gastos de atención clínica que se desprenden de accidentes de tránsito.
El documento destaca que 35 por ciento de las compañías no cuenta con ninguna iniciativa de salud y bienestar, aunque resalta que en los siete años más recientes se ha incrementado en más del doble el porcentaje de organizaciones con programas implementados, mismos que pretenden sensibilizar a los trabajadores sobre el uso efectivo de los servicios de salud.
El estudio de la firma llama la atención sobre las enfermedades psicosociales, tales como trastornos de ansiedad, mala calidad del sueño y estrés grave, los cuales cobran relevancia y cada día que pasa afectan en mayor proporción a los trabajadores en México.
Nilda Cabra Lagunes, directora del área técnica de Beneficios para Empleados en AON México, advirtió que los efectos colaterales de las afecciones que trastornan la mente son un problema creciente, difícil de controlar y que pueden condicionar la aparición del “disestrés”, esto es, una alteración química que puede provocar problemas hormonales, cardiovasculares e intestinales.
“Con cualquiera de los padecimientos mencionados, un empleado puede tener problemas de concentración, altos niveles de ansiedad, trastornos afectivos e insomnio; como consecuencia, sus jornadas laborales serán mucho más extensas, por la poca productividad, y se alejará de actividades físicas de recreación que favorezcan su salud física y emocional”, explicó.
El vital entorno positivo
Durante la presentación de la encuesta, la ejecutiva de AON México señaló que iniciativas de acompañamiento, como líneas telefónicas de apoyo emocional, coaching y talleres de manejo de estrés, se perfilan como acciones corporativas inaplazables que ayudan a que los empleados aprendan a manejar de mejor manera su comportamiento psicosocial, todo ello, con el objetivo de reducir el ausentismo.
“Un colaborador física y mentalmente sano registrará un rendimiento laboral mayor; además, tendrá una gran capacidad para resolver problemas y experimentará mayores niveles de satisfacción”, abundó Cabra Lagunes.
La directiva destacó que conforme a los resultados del estudio, no es necesario que las empresas inviertan grandes sumas de dinero para impulsar programas de salud corporativa; como ejemplo, resaltó que un porcentaje alto de los consultados aseguró que su salud mejoró con tan solo llevar a la práctica acciones sencillas, incluyentes y atractivas, y sobre todo divertidas.
“Al implementar una política enfocada en el bienestar, es indispensable mejorar las condiciones de salud de los colaboradores mediante la identificación y gestión oportuna de factores de riesgo; y aquí se ha de tomar en cuenta no solo lo físico, sino también lo emocional”, amplió la directiva de AON México.
Reivindicaciones, materia pendiente
A pesar de que hoy en día las empresas en el país apuntan a construir un ambiente mucho más incluyente –en el que se impulsen programas que promuevan la equidad de género, la diversidad y la inclusión de aquellos grupos que se consideran minoría, como las personas con alguna discapacidad– todavía hay mucho terreno por recorrer para alcanzar las reivindicaciones que una nación como la mexicana requiere en materia laboral, remarca la investigación.
Los resultados del estudio refieren que 35 por ciento de las organizaciones en el país ha implementado acciones que promueven la igualdad de género, y en 27 por ciento de las empresas se han acordado horarios flexibles; asimismo, 29 por ciento de las compañías reconoció que cuenta con instalaciones para personas con alguna discapacidad motriz, y 11 por ciento ha promulgado políticas de no discriminación.
En opinión de Cabra Lagunes, para que una empresa transite hacia la construcción de un ambiente laboral mucho más inclusivo es vital que centre sus esfuerzos en una política que le permita al colaborador tener una actividad que normalice su vida en todos los aspectos posibles.
“La diversidad e inclusión en una organización se refleja en la capacidad de potenciar las cualidades individuales; entonces, es necesario que se aprovechen las diferencias y se diseñen ambientes laborales óptimos para una cultura organizacional fuerte, en la que impere la comunicación abierta y efectiva”, dijo la directiva.
Pese a lo anterior, Cabra Lagunes reconoció que en el país es cada vez más común que las empresas muestren preocupación por el bienestar de sus colaboradores, puesto que 42 por ciento de las organizaciones encuestadas afirmó tener una correcta utilización de los beneficios que se les otorgan, y 31 por ciento admitió contar con planes para mejorar aspectos tan torales como la salud física y mental.
“Vale la pena invertir en salud, puesto que sus beneficios, ya sea a corto, mediano o largo plazos, permitirán el fortalecimiento de los colaboradores, su familia y su entorno”, concluyó Cabra Lagunes.