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Por inequidad de género, mujeres reciben pensiones menores; su creciente esperanza de vida juega rol relevante: Consar

El Asegurador

Acotadas trayectorias salariales, baja densidad de cotización y mayor esperanza de vida tienen un efecto desfavorable para las mujeres en materia de ahorro para el retiro, ya que por estos tres factores ellas reciben una pensión menor que la de los hombres, precisa la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), a través del estudio titulado La equidad de género  en pensiones: desafíos y posibles soluciones. 

En México, la desigualdad de género es un problema que las ciudadanas  sufren desde diversos frentes, y las cuentas de ahorro para el retiro no son la excepción, por lo que la Consar señala: “Alcanzar una mayor equidad de género representa uno de los retos más importantes para los sistemas de pensiones en todo el mundo. Si bien la participación laboral de las mujeres en México mantiene una tendencia ascendente, su inserción en el  mercado laboral suele ser intermitente”. 

El estudio indica que las mujeres enfrentan la desventaja de percibir salarios más bajos, además de que tienden   a interrumpir con mayor frecuencia su vida laboral para encabezar responsabilidades familiares (el cuidado de los hijos y del hogar),  si bien se han ido incorporando al sector informal, en el cual representan 60 por ciento de la fuerza productiva, aunque esta circunstancia    reduce sus probabilidades de ahorro para efectos de generar una pensión.

Indica el reporte que la densidad de cotización de las mujeres,  es decir, el tiempo que trabajan en la formalidad y que cotizan para el ahorro del retiro es, en promedio,   de 46.1 por ciento. Esto significa que ellas solo tienen 576 semanas registradas, mientras que en el caso de los hombres este índice es de 53.7 por ciento, que equivale a  671 semanas. 

Otro inconveniente para la equidad en las cuentas de retiro deriva de que las mujeres viven más años que los hombres, lo cual significa que tendrán que financiarse con el dinero de su pensión durante un lapso mayor, pero con un   saldo acumulado menor en el momento en que decidan poner fin a su carrera laboral. Hasta 2017, la esperanza de vida se estableció en 78 años para las mujeres y en 73 para los hombres, de acuerdo con datos divulgados por el Inegi. 

Trabajan más, pero reciben menos ingresos 

En el documento se apunta que en la década de 1940  la participación de las mujeres representaba 7 por ciento de la población económicamente activa; en la de los setenta  el índice ya había aumentado a 19 por ciento, y en el primer trimestre de 2017 se elevó a 38 por ciento. Se calcula que en   2050 las mujeres representarán casi la mitad del total. 

El panorama para las mujeres también se ensombrece debido a que  57 por ciento de ellas se emplea en la informalidad, aunque tienen el beneficio de tener jornadas laborales más cortas, lo que les permite desempeñarse como amas de casa, actividad por la cual no reciben remuneración. 

Por otro lado, 22 por ciento de las mujeres que trabajan en el país percibe ingresos mayores a cinco salarios mínimos; 18 por ciento, entre cuatro y cinco salarios mínimos;  y 60 por ciento hasta tres salarios mínimos; mientras que en el caso de los hombres 27 por ciento percibe ingresos mayores a cinco salarios mínimos; 19 por ciento, entre cuatro y cinco salarios mínimos;   y 54 por ciento hasta tres de estas unidades. 

El estudio señala: “Para quienes cotizan en  el IMSS, los salarios de hombres y mujeres tienen un comportamiento creciente y similar desde el inicio de la carrera laboral y hasta cerca de los 29 años de edad; a partir de ese momento comienzan a separarse, y la brecha alcanza un máximo a los 47 años, cuando el salario de los hombres es 24 por ciento mayor que el de las mujeres”.

Carrera salarial, mejor pagada para los hombres 

La carrera salarial de los hombres es mejor pagada que la de las mujeres. Se estima que, por el efecto de la diferencia en ingresos, el saldo pensionario que ellos podrían acumular durante su trayectoria será 14.7 por ciento mayor que el de ellas.  

Lo anterior quiere decir que, por cada 100 pesos ahorrados por un hombre en su cuenta individual, una mujer acumulará 87.2 pesos en promedio. Si a esto se añade  el efecto de la densidad de cotización, se tiene que por cada 100 pesos que acumule un hombre en su cuenta de ahorro para el retiro, una mujer ahorraría, en promedio, 74.8 pesos, lo que significa una brecha de 33.6 por ciento. 

El estudio de la Consar apunta que el hecho de que las mujeres vivan más exige un ahorro pensionario más elevado, ya que éste deberá ser administrado para financiar un mayor número de años de pensión.  El documento precisa: “En la década de los cincuenta, los hombres vivían, en promedio, 48.9 años, y las mujeres 52.5 años. Actualmente, este indicador se ubica en 75 y 79.8 años, respectivamente; se  prevé que en las próximas décadas continuará aumentando, para en 2050 alcanzar los 81.9 años para los hombres y 84.8 para las mujeres”.

Estrategias para mitigar la brecha pensionaria

La Consar revela que en diversos países se han adoptado medidas que buscan mitigar ese desequilibrio. Entre las políticas establecidas destacan tres: ayudas por maternidad, compensaciones por esperanza de vida y la constitución de  un pilar no contributivo robusto. 

Sin embargo, en el estudio se reconoce la necesidad de efectuar evaluaciones  sobre el costo final que conllevaría implementar programas de apoyo para el género femenino. En tales circunstancias, cualquier diagnóstico futuro en materia de pensiones deberá incluir temas de equidad de género, tanto en sus análisis como en las recomendaciones de mejora. 

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