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¡Al fin el fin!

Charlemos seguros

El asegurador

2019 SE ACABÓ. Para bien se acabó un año que fue para mal. Una retahíla  de desdichas se sucedió con mayor frecuencia a una por semana. Noticias desagradables, contradicciones a los propios discursos de campaña y promesas no cumplidas; legislaciones a modo, insultos, vituperios y degradación;  demérito a todo aquel al que por asomo o sospecha se le ocurriera la afrenta de pensar tantito diferente de la línea oficial; de hecho, descalificación inmediata y desmedida a cualquiera que piense, así sin más (no olvidemos  a Olga diciendo: “No anden pensando ni especulando nada; nosotros les daremos la verdad”); o sea, ¡prohibido pensar!   

A LO ANTERIOR HAY que agregar un discurso de encono contra los fantasiosos enemigos   del titular del Ejecutivo, que ve moros con tranchetes, aunque más tranchetes que moros, a la vuelta de cualquier esquina. Su discurso se ciñe  a una estrategia de división de la sociedad para polarizar a los que él empodera con el fin de que se enfrenten a los que desestima. Se incluyen bots y un aparato de comunicación y difusión delineado quirúrgicamente. Hay odio entre mexicanos, creado deliberadamente por un grupo de   goebbels  más demoniacos  que el original comunicador del Tercer Reich.

EXISTE UN CONGRESO CUYAS MAYORÍAS se han cansado de esgrimir como argumento de peso para aprobaciones o rechazos, acompañados de mayoriteo,  que ellos legislan conforme a lo que les ha solicitado su presidente; sí, ese para quien  el Poder Legislativo está a sus órdenes. De modo que sustituyen posibles argumentos por razones de mandato. El Ejecutivo  manda en el Legislativo: nada más inconstitucional.

SE ACABARON LOS CONTRAPESOS. Todo se ha ido aplanando para que nadie tenga la misión social (ni  legal ni legítima) de evitar excesos de poder (de los que le gustan al megalómano). En adición, todo programa que implique repartir dinero sale directamente de la mano de López,  de nadie más, para que la gente crea que él es el benefactor, el padrecito que reparte las limosnas entre los pobres; pero no se considera que lo que él reparte no es suyo. Una suerte de compra de conciencias, pues, de futuros votos: corruptos que besan la mano de su corruptor.

UN EJERCICIO SUCIO DEL  PODER, pletórico de desmanes, desgracias reales e inventadas  (minimizadas las primeras; magnificadas las otras), particularmente las que surgen del aparato oficial, con lo cual se generan  hechos y noticias de contrapeso cada vez que algo realmente grave ocurre y produce cierto repudio social hacia el oficialismo. Ellos  o ignoran el hecho real o se inventan algún escándalo menos grave o de menor alcance social (como la bazofia del caso del gobierno estatal de Baja California, que  sigue en veremos); en cuanto haya cualquier otro error garrafal del Gobierno Federal, saldrán con “la verdad oficial”; eso sin duda puede distraer cualquier mala noticia. Y, como les atañe una minucia lo que piensen y quieran los de ese estado norteño, harán lo que se les pegue la gana. Experimento este  y otros como ensayos para medir de qué tamaño será la argumentación y legalidad frente a una reelección futura.

EN CUANTO A LOS GOBERNADORES de los estados, se han visto ya dos posiciones casi extremas. Una, la de gobernadores que saben que,  primero, el presidente no es su jefe (a pesar de que varios congresistas fundamentados en su cotidiana ignorancia creen lo contrario) y  segundo, que el pacto federal puede romperse, dada la soberanía y libertad asentada en la constitución de cada entidad. La otra postura es la de los gobernadores cuyo honor es trabajar para otros, y no para el bienestar de sus gobernados;  tipos entregados a un federalismo que a ellos los castra; individuos que aceptan humillarse ante el Ejecutivo Federal, que desestiman su posición, que traicionan a sus gobernados a cambio del beneplácito y la aprobación de quien, como ya se dijo, no es su jefe. ¿Qué pasaría si dos o tres estados decidieran salirse del pacto federal?

LA TOMA DE DECISIONES “A MANO ALZADA”. Pues sí,  se puede entender que en un mitin de taxistas y microbuseros todos voten en contra de trazar nuevas líneas de Metrobús; puede ser el ciento  por ciento de los asistentes. ¿Pero eso es el sentir de los cientos de miles que se verían beneficiados con una línea de Metrobús?; ¿son ellos  una mayoría representativa de la población?… Desde luego que no, pero cuando se gobierna a lo Viruta y Capulina, es decir, con efectos de pastelazo y “lo que diga mi dedito”, cualquier cosa es posible por más inconstitucional que sea.

AL FIN, EL FIN. El desgaste social que ha promovido el Gobierno Federal  enfrentando a los mexicanos seguirá. Pero lo que puede dar ese respiro de ¡al fin!  es esperar que ya no haya más sorpresas desagradables en el estilo de gobierno de la transformación de cuarta; que  ya paren las contradicciones y los dicharachos y se empiece a gobernar realmente, no a hacer presentaciones de power point en las mañanas y dar por hecho que eso es gobernar. Así que por fin se acabó para bien un año que fue para mal. La esperanza es que este no sea para peor. 

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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