Una de las características de la humanidad es, sin lugar a dudas, la responsabilidad comunitaria, que se manifiesta por el hecho de pertenecer a un grupo social determinado, de apoyarse unos a otros para actuar en bien de la comunidad toda.
En la actualidad, esta actuación se enfoca en el cumplimiento de las normas sociales, en la libertad y los derechos humanos; se cuenta con una moral autónoma en la sociedad y con el autocontrol civilizado de sus miembros.
Empresarialmente hablando, la responsabilidad social se define como la contribución activa y voluntaria que ejercen las empresas para el mejoramiento social, económico y ambiental en pos de mejorar su situación competitiva, aporte enmarcado por la imagen que un grupo corporativo presenta a sus clientes y proveedores.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la responsabilidad social empresarial es el conjunto de acciones que se toman para que las actividades de una empresa tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y sobre sus propios métodos y procesos internos, y sigue siendo una iniciativa de carácter voluntario.
Las principales responsabilidades éticas de la empresa frente a los trabajadores y la comunidad son:
- Respetar los derechos humanos de los colaboradores estableciendo condiciones de trabajo dignas, seguras y saludables que favorezcan su desarrollo laboral, profesional y personal.
- Servir a la sociedad creando productos útiles y en condiciones justas.
- Crear riqueza de la manera más eficaz posible.
- Procurar la continuidad de la empresa y lograr un crecimiento razonable, procurando la distribución equitativa de la riqueza.
- Respetar el medio ambiente evitando la contaminación, minimizando la generación de residuos y racionalizando el uso de los recursos naturales y energéticos; acciones como el ahorro y el uso correcto del agua, la prudente administración de la energía, etcétera, van en ese sentido.
- Cumplir y respetar las leyes, reglamentos, normas y costumbres del país.
- Mantener la ética empresarial y luchar contra la corrupción.
- Luchar contra el cambio climático.
- Evaluar los riesgos ambientales y sociales.
- Implicar a los empleados, consumidores, comunidades locales y al resto de la sociedad en las buenas prácticas de la responsabilidad social.
El cambio comienza desde casa, desde nuestro interior. Seamos seres humanos responsables cuidando del medio ambiente, luchando contra los antivalores, como la corrupción, respetando los derechos humanos, practicando la ética en los negocios, promoviendo el trato digno a toda la población.
Bruce MacMaster dijo esto en La meta, individuos socialmente responsables: “La realidad es que ningún ser humano, por poderoso que sea, va a lograr grandes cambios por sí solo. Los problemas son de todos, y la única solución está en replantear nuestra posición: saber qué quiero hacer, qué puedo hacer y cómo lo voy a hacer; ceñirse a un objetivo y unirse a grandes movimientos colectivos; a la decisión y voluntad de millones de individuos que toman una posición de vida”.
Este 2020 programemos nuestras metas y actividades como personas socialmente responsables. Con nuestro granito de arena podremos contribuir al cambio real para constituir una sociedad más justa y equitativa.