Hace unos días escuchaba las noticias en el radio, como acostumbro hacerlo en el trayecto a mi oficina. Oigo el radio en diferentes estaciones para conocer diferentes puntos de vista. Ese día me encontré con un locutor (reconocido, porque además de conducir un programa por la mañana aparece también en otro noticiario de la barra vespertina) que se mostraba “indignado” porque estaba leyendo un comunicado de la autoridad en donde se insinuaba que el seguro de Gastos Médicos Mayores que se comercializa en diferentes aseguradoras en nuestro país llevaba implícito lo que se ha denominado Pink Tax, en español un “impuesto rosa”, que es una manera coloquial de denominar el encarecimiento de algunos productos dirigidos al público femenino “por el hecho de ser para mujeres”.
No hay nada más alejado de la realidad, y así lo hice saber al locutor con un mensaje en redes sociales, porque quien se atreve a hacer una aseveración de ese tipo ignora que la tarificación de todos los productos de seguros, no solamente los de Gastos Médicos Mayores, tiene un sustento técnico muy sólido y toma en cuenta todas las variables conocidas para establecer el precio, por lo que nunca podrá hablarse de este tipo de “impuesto” ficticio en los productos de nuestro mercado.
Ya no sé qué pensar: si, en efecto, se trató de falta de información del locutor; si necesitaba decir la nota como la mencionó solamente para atraer mayor rating; o si de plano obró de mala fe para provocar malestar entre el público femenino usuario, o susceptible de ser usuario, del servicio de una póliza de Gastos Médicos Mayores. Pero me quedé esperando su respuesta en redes cuando le manifesté mi inconformidad por lo declarado al aire; y, si hizo la aclaración durante el tiempo remanente del programa, no me tocó escucharla, ya que el tiempo del noticiario es mayor que mi tiempo de traslado.
Lo que sí es un hecho es que los comentarios vertidos por los líderes de opinión en los medios masivos de comunicación pueden provocar una desinformación grave entre el público usuario de los servicios que brindan las pólizas de seguro, y esas prácticas en nada abonan a la cultura de prevención que muchos hemos intentado fortalecer en los últimos años por todos los medios disponibles.
Aquí se aplica muy bien el principio periodístico de siempre verificar las fuentes de lo que se informa; y, si lo verificado no es del todo claro por la especialización del tema que se trata, es preferible consultar a un especialista en el tema, o incluso invitarlo, para que apoye la nota y se evite confusión entre los televidentes o radioescuchas.
Ni hablar amigos, por eventos como el que estoy mencionando los medios de comunicación, en especial algunos de los denominados medios masivos, han perdido credibilidad en los últimos tiempos, dando lugar a medios mucho más especializados pero que muchas veces no se encuentran al alcance de todo el público por la cobertura limitada que tienen. Estos medios especializados están dirigidos a un público muy específico que entiende el tema y es capaz de discernir la información falsa de la verdadera, para sacar sus propias conclusiones.
Estamos terminando el primer mes de la segunda mitad del año, y desafortunadamente todos hemos notado la desaceleración que ha padecido la economía mexicana, derivada de algunas decisiones del Gobierno y de la incertidumbre que provocan las erráticas medidas del gabinete. Esto es muy grave, ya que, al más puro y viejo estilo de los años setenta, los ejecutivos optan por diferir la puesta en marcha de actividades o programas para cuando sea un momento más propicio, y muchas de esas acciones pueden ser impulsos importantes para el desarrollo económico y social de México.
Por el bien del país, ojalá que el Gobierno definitivamente se asiente muy pronto y deje de dar tumbos para que la economía se reactive con la mayor brevedad, porque de otra manera más temprano que tarde se agotarán los recursos prometidos en campaña para ayudas sociales, y eso sí que sería una noticia pésima para los mexicanos.
Cuando un jefe de Estado se ufana de haber tenido un crecimiento de apenas una décima de punto porcentual y afirma que “al menos no se retrocedió”, estamos frente a una señal muy clara de que el Gobierno tampoco tiene altas expectativas respecto al desempeño de la economía, y eso repercute en toda la actividad productiva de cualquier país.
Espero que todos ustedes tengan un cierre de mes magnífico que les permita seguir con paso firme en el cumplimiento de sus objetivos para 2019, y nos leemos en septiembre para que juntos Charlemos Seguros acerca de todos los temas que son de nuestro interés.
¡Un abrazo muy fuerte!