Tecnología en seguros, ¿aliado o amenaza?

Charlemos seguros

El asegurador

Bienvenidos al segundo semestre de un año que se ha caracterizado por la incertidumbre ante los actos (u omisiones) de un gobierno que no termina de establecerse y que, al menos en el tipo de excusas que plantean sus operadores ante la  inoperancia que exhiben, nos recuerda cada vez más al viejo régimen, que por varios años creímos extinto. Esperemos, por el bien de todos, que éste sea un semestre de resultados, o al menos de consolidación de un gabinete eficaz que dé confianza y credibilidad a los mercados.

No podemos pasar por alto los frecuentes cambios en los “líderes”  (así, entrecomillado, porque aún les falta mucho para demostrarnos que lo son) que dirigen las diferentes áreas estratégicas de la nación;  aunque el más sonado sin duda ha sido el cambio, a principios de mes, de uno de los pocos funcionarios serios que nos acompañaron en nuestra más reciente Convención de Aseguradores, hace apenas un par de meses, y que de plano no soportó las directrices recibidas por su jefe  y prefirió abandonar el cargo antes que renunciar a sus principios como economista. 

Para nuestra tranquilidad, en su lugar quedó Arturo Herrera, uno de sus subsecretarios, de quien también tengo la impresión de que es un funcionario  inteligente y prudente, que incluso se ha mostrado en desacuerdo en varios de los consuetudinarios exabruptos de nuestro primer mandatario. Aquí la pregunta que todos nos formulamos  es si realmente toda su preparación será de utilidad; o si, como sucedió con Urzúa, no le permitirán trabajar, o si quizá le exigirán hacerlo por caminos a todas luces inviables cuyos escenarios finales no son nada prometedores para la economía mexicana.

Tomando la noticia de la mejor manera posible, puede ser que a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le venga bien una “refrescada”   con un funcionario más joven y con ideas nuevas, porque, a decir verdad, todos notamos el hartazgo en la cara de Urzúa en los pocos minutos que duró en el podio de la Convención de Aseguradores  2019, demasiado preocupado y poco atento, en contraste con la participación de Herrera, quien en la mesa de debate de la que formó parte estuvo muy activo y tuvo frecuentes intervenciones, por cierto, muy atinadas.

Pero, pasando al tema de los seguros, todos estos cambios han provocado en nuestra industria, como en muchas otras, movimientos  abruptos y golpes de timón en las empresas, en donde están saliendo a relucir las capacidades de aquellos timoneles más capacitados para enfrentar las marejadas de la  tormenta.

En ese  tenor, algunas de las empresas más progresistas, entre ellas las que tienen sus sedes  fuera de nuestras fronteras, nos han sorprendido con decisiones inteligentes respecto a la limitación de sus canales de distribución para algunos productos, sobre todo aquellos que encajan en la definición de commodities.            

Así,  en días recientes, una de estas aseguradoras dio a conocer un comunicado en el que informa a su fuerza de ventas que, a partir de una fecha muy próxima,   dejará de comercializar su producto de Autos por medio de agentes de seguros, para enfocar sus esfuerzos comerciales, al menos en este ramo, en sus canales digitales,  es decir, de manera directa al cliente, lo que, como era de esperarse, desató una revolución en el gremio, en donde no se hicieron esperar diferentes opiniones de los participantes en el sector en general, algunos a favor de la propuesta  y otros abiertamente en contra.      

Tanto fue así que la  Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas, A. C. (Amasfac),   que agrupa a un número amplio de productores a lo largo de todo el país  y que a la fecha es el único organismo de este tipo después de la desaparición de algunos otros grupos  que fueron creados para ello, respondió a dicho comunicado solicitando a la aseguradora que reconsiderara  tal decisión; aunque, desde mi perspectiva, sin una postura clara de lo que sus agremiados solicitaban en específico respecto a la notificación  que días antes había emitido la aseguradora.

Varias fueron las instituciones que aprovecharon la coyuntura para reiterarles a los agentes su apoyo incondicional  y hacerles saber que ellos sí seguirían trabajando todos los ramos por medio de su participación. Algunas incluso lo tomaron con humor  e hicieron divertidos comunicados a su fuerza de ventas en ese mismo sentido; pero creo que muy pocos de nosotros reflexionamos respecto del verdadero sentido de la decisión que tomó la aseguradora que se atrevió a enviar un  comunicado con semejantes consecuencias.           

Como todos ustedes saben, yo siempre he sido partidario de la comercialización de los productos por medio   de los agentes de seguros, y soy un convencido de que el incremento en ventas siempre debe estar acompañado, en la misma proporción, de un incremento en la cultura de la prevención,   que debe permear todos los estratos de nuestra sociedad.

Sin embargo, también soy consciente de que existen productos que poca asesoría requieren por parte de un agente, y otros que de plano ni la necesitan;  éste puede ser el caso del seguro de Autos, en el cual no existe gran diferenciación entre los productos de los diversos oferentes y ha sido tierra fértil para la proliferación de plataformas, sistemas y comparadores  que facilitan la vida del consumidor al momento de adquirir un producto de dicho ramo, pues sólo se requiere toda la atención de los consumidores al momento de leer las condiciones de la compra que han realizado.

Sin embargo,  esto no quiere decir que todo esté perdido en este producto para los agentes de seguros, porque, como sabemos, la mayor parte de los consumidores mexicanos buscan precio;  pero son también muchos los que prefieren una explicación clara y no la lectura de un “libro” aburridísimo de condiciones generales. Ahí está entonces la oportunidad para ellos, porque su asesoría se vuelve invaluable para una persona que compra un producto sencillo  pero que no está dispuesta a leer con detalle las condiciones de su compra.

Como conclusión, puedo decir que, desde mi muy particular punto de vista, la aplicación de herramientas tecnológicas dentro de las actividades de la industria aseguradora  traerá más beneficios que perjuicios para todos los que formamos parte de los equipos comerciales, ya seamos empleados, agentes, corredores o empresas de insurtech. Solamente  hay que estar preparados para el cambio y para adaptarnos de la manera más rápida posible al nuevo entorno que nos plantean estos actores, hasta ahora muy poco conocidos.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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