A través de los tiempos, la base de la comunicación entre los humanos ha sido el lenguaje, de donde derivó  la escritura, la cual representa la permanencia documentada del lenguaje. El  Quijote de la Mancha, escrito por  Miguel de Cervantes Saavedra, se publicó en 1605;  es un privilegio que hoy podamos seguir leyéndolo por varios medios, tal   como sucede con muchos libros y textos incluso más antiguos.

La lectura nos refuerza  la capacidad de abrir la mente, fortalece la imaginación y la concentración, extiende nuestro panorama intelectual y nos ayuda en nuestro desarrollo personal. Son incontables los beneficios sociales, culturales, neurológicos y anímicos de su ejercicio. La lectura es una tecnología infinita de aprendizaje, crecimiento y desarrollo.

Actualmente, las redes sociales y las comunicaciones instantáneas nos han alejado de la lectura de libros. Para  bien o para mal, cada vez somos más dependientes del celular. Una ventaja de las redes sociales es que podemos adquirir los libros por esos medios, ya sean impresos o electrónicos, sin necesidad de ir a una librería. La tecnología también  ha ayudado a que muchos filmes basen sus guiones en libros, de tal manera que ha conferido a la escritura otro medio de expresión y difusión por medio de las películas.

Con todo y eso, optemos  por más book y menos Facebook, y ojalá que el Wi-Fi no se convierta en una necesidad imprescindible de comunicación.

No hay como leer y disfrutar de un libro o revista en un   ambiente apacible, en nuestro sillón favorito, en el parque, en un café, en una librería;  por la noche, antes de dormir, cuando viajamos, en la sala de espera de un médico… La mejor manera de combatir el insomnio es con una   lectura absorbente.

Uno de los mayores placeres de la lectura es la posibilidad posterior  de comentar un libro o un artículo con un amigo, revivir su contenido o transmitirlo de acuerdo con  nuestro punto de vista. Escuchar otros modos de concebir e interpretar lo leído, diferentes de los nuestros, igualmente propicia la comunicación viva y directa entre las personas y fomenta  en el entorno el nacimiento de un ambiente más fraterno, tan necesario hoy en día ante la guerra eterna que se libra en Twitter.

La inmensa posibilidad de selección es otra gran ventaja que nos ofrece la lectura:  hay tanto que leer en letra impresa y de tantos temas que podemos pasarnos mucho tiempo disfrutando de la lectura. Algunas veces empezamos a leer un libro o revista que termina por no gustarnos, ya sea por el tema, por el estilo de escritura, lo mal integrado del texto o por su extensión. Y siempre contaremos con la posibilidad de  dejarlo y optar por otro.

Así que ¡a cargar siempre uno  o varios libros o revistas! Aprovechemos  los momentos para disfrutarlos. Siempre serán unos   compañeros y cómplices insustituibles.

Estadísticas de lectura en México

Los países que más leen en el mundo, según lo apunta la agencia de investigación de mercados NOP World tomando como base  las horas dedicadas a la lectura por semana, son: India, 10.4; Tailandia, 9.2;  China, 8; Egipto, 7.5; y Filipinas, 7.4. México se encuentra en el lugar 24, con 5.2 horas;  así que únicamente le dedicamos 45 minutos diariamente, a lo mucho.

El Inegi publicó  en abril de 2019 las   siguientes estadísticas:  los hábitos de lectura de los mexicanos decayeron de 84.2 por ciento  en 2015 a 74.8 por ciento en 2019. Este año, de cada 100 mexicanos mayores de 18 años 42 leyeron  al menos un libro; mientras que en 2015 lo hacían 50 por cada 100.

La falta de tiempo es la principal causa por la que los mexicanos no leen, con 47.9 por ciento de las respuestas en las  encuestas realizadas, seguida de la falta de interés, con 21.7 por ciento; los problemas de salud se adujeron en 16.3 por ciento de los casos.         

En México se dedican en promedio 39 minutos a una sesión de lectura, y son  las personas de mayor grado académico las que más tiempo leen, con un promedio de 47 minutos. Las  personas que concluyeron la educación básica lo hacen alrededor de 35 minutos.

El 67 por ciento  de la población prefiere leer materiales como revistas, periódicos, historietas, páginas de internet o blogs. El 78.1 por ciento  de los hombres lee este tipo de materiales, en contraste con 71.7 por ciento de las mujeres.

Los hombres leen el periódico al menos una vez a la semana. Las  mujeres prefieren la lectura de libros y revistas.

Los libros de literatura fueron los de mayor consumo, con 42.5 por ciento,  seguidos de los especializados en alguna materia o profesión, con 34.1 por ciento; los  temas de autoayuda, superación personal o religiosos representaron 26.6 por ciento del total.     

Por último, y en cuanto a revistas, los temas de entretenimiento fueron los preferidos,    con 31.1 por ciento, seguidos de los relacionados con bienestar o salud y cultura general, con 23.9 por ciento;    las revistas especializadas, técnicas o científicas ocuparon 22.5 por ciento de las preferencias.       

Arturo Martínez es expresidente de la Federación Mexicana de Diabetes.

Deja un comentario