¿Regulación diferenciada?

Charlemos seguros

El asegurador

Un tema común en toda clase de eventos y reuniones relacionados con el sector asegurador es la necesidad de aumentar la presencia del seguro privado en los diferentes estratos de la sociedad;  pero todo indica que no son pocos los obstáculos que deberán sortearse para lograr ese propósito, pues para avanzar es preciso conciliar no solo saberes, sino sobre todo voluntades.

Ya Swiss Re apuntaba un reto mayor en la  decimonovena edición de Sigma (núm 1/2019) dedicada  a examinar las tendencias de los  mercados emergentes (trabajo que se inició en 1982 y que, dadas las circunstancias, exigió una periodicidad más frecuente a partir del año 2000), cuando plantea: .  “Para incrementar la penetración del seguro es fundamental establecer una regulación que favorezca el crecimiento”.

No es que se desconozcan otros desafíos que deberán ser salvados. De hecho, la reaseguradora  en dicha publicación citada los aborda, aunque hace hincapié en la regulación al examinar las repercusiones que el entorno puede arrojar sobre el seguro y  al abundar sobre los impulsores específicos del crecimiento de este servicio financiero.

En México, el presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), Ricardo Ernesto  Ochoa Rodríguez, ha dicho: “El crecimiento del sector mantiene una vinculación importante con el comportamiento de la economía”. Pero ha matizado   que “para lograr la expansión del seguro se requiere un compromiso absoluto de autoridades y aseguradoras y la participación protagónica del consumidor”.

Mal no suena eso que sostuvo el funcionario en entrevista para Revista Mexicana de Seguros y Fianzas (número 776, de mayo de 2019), y menos cuando afirmó  que para alcanzar mayores niveles de penetración “tendríamos que idear un plan muy completo para lograr que el seguro permee sectores de nuestra estructura social que al día de hoy no han sido considerados”.

Y en ese punto Ochoa Rodríguez menciona que, como sector, es necesario identificar los instrumentos apropiados para llegar a los nichos poblacionales más vulnerables y evaluar cómo la regulación puede facilitar este proceso. Desde la perspectiva del funcionario, existe el potencial para lograr que el dinamismo de la industria aseguradora sea todavía mayor.

En el mismo número de la revista  mencionada aparece una entrevista con Recaredo Arias Jiménez, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), quien  señala que Gobierno Federal e industria aseguradora deben hacer coincidir sus agendas e intereses, y llama al sector a unir esfuerzos para evitar distorsiones de mercado y controversias.

Volvamos a los apuntes de Swiss Re. Al entrar en el tema, la firma advierte que, en la búsqueda de menor dependencia del sector público, mayor resiliencia económica de los hogares y desarrollo de determinadas industrias, los gobiernos pueden adoptar políticas que fomenten la contratación de seguros obligatorios, subsidios que hagan ciertos productos más asequibles…

Nadie cuestiona  la importancia de   estándares elevados de solvencia. Swiss Re tampoco lo hace. Señala que éstos han sido una herramienta importante para garantizar un crecimiento sostenible de los mercados de seguros. Cuando una aseguradora fracasa, indica, todo el sector del seguro lo sufre debido a la pérdida de confianza. Esos estándares sirven para proteger a los tomadores.

En el reporte, la reaseguradora suiza recalca que los requisitos de capital basado en riesgo, por ejemplo en México, son importantes pasos para garantizar la sostenibilidad a largo plazo; aunque reconoce que, en ocasiones, la regulación puede imponer una carga excesiva sobre las compañías, en particular sobre las pequeñas.

Pero la convocatoria de la empresa por medio  de Sigma es clara:   se debe entender que el cumplimiento de esos requisitos garantiza la calidad de crecimiento para el sector y permite a las aseguradoras diferenciarse entre ellas.

Sobre la cosa legal  hay mucho que decir. Por lo pronto, habrá que comprar la idea de Swiss Re en cuanto a que, literalmente, los reguladores pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de facilitar la innovación en el seguro y mejorar la accesibilidad a esta herramienta mediante  la creación de una alternativa que alivie la carga a las compañías en desarrollo.

Es obvio que ninguna legislación es un producto acabado, y más y mejor puede comprenderse esta idea si la supervisión de las operaciones se hace sin distingos, lo que ya supone serios retos, como practicar una supervisión de alta calidad técnica y moral  detectando desviaciones que luego puedan traducirse en propuestas encaminadas a una mejora regulatoria.

Es en  este propósito   en el que cabe la observación de que será necesario poner en juego no solo saberes  (que los hay, y muchos), sino también voluntades, todo lo cual demanda que esas expresiones de apertura al diálogo entre las entidades del Gobierno Federal y los sectores de seguros  y de fianzas se transformen en una práctica común en beneficio de todos.

¿Qué tanto ha escuchado o leído usted acerca del concepto   regulación diferenciada?   Quizá  sea hoy el momento de comenzar a ponerle atención; más aún si existe   un clima de diálogo productivo y efectivo.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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