Mientras las compañías de seguros que ofrecen coberturas en el ramo de la Salud sigan valorando la importancia de su servicio solamente por los siniestros que indemnizan y no por la prevención que puedan inculcar en el asegurado para evitarlos, difícilmente lograrán un equilibrio en el costo-beneficio de sus productos. Tampoco verán cristalizado un modelo que fomente la cultura de la prevención como la fórmula infalible para que las enfermedades comunes no se conviertan en catastróficas.
Éste es el punto de vista de Braulio Fernández Gómez, director comercial de la empresa Plan Seguro (que es una ISES, es decir, una Institución de Seguros Especializada en Salud), quien habló en conferencia de prensa acerca de la importancia de la prevención y su repercusión en la cobertura de Salud. En su alocución, el funcionario de Plan Seguro agregó que el desafío más grande que hoy vive el Sector Salud es contribuir eficazmente al fomento de la cultura de la prevención y el monitoreo de la salud.
“Vivimos en una sociedad acostumbrada a considerar que nunca va a pasar nada; que los seguros de Salud son caros y además que no se necesitan. Pero, cuando ocurre un evento desafortunado y se vive en carne propia la amarga experiencia de tener que rematar los bienes que constituyen nuestro patrimonio para resarcir un daño que vulnera nuestra integridad, la visión cambia”, indicó Fernández Gómez.
Para revertir esta equivocada concepción acerca de los seguros de Salud, la clave está en abordar el problema bajo otra perspectiva: fomentar la cultura de la prevención y el cuidado de la salud. Esto evitaría que muchas de las enfermedades desencadenaran tiempo y costos excesivos, insistió el expositor.
Fernández Gómez indicó también que es necesario atender el problema desde una perspectiva diferente en la que se privilegie la prevención más que el resarcimiento del daño. Para lograr esto se deberá hacer uso de diversos mecanismos accesibles, de alta calidad, que sirvan como contención de las enfermedades. El objetivo central es dejar de considerar la indemnización como la columna vertebral del sistema asegurador de Salud.
El director del área comercial de Plan Seguro detalló que uno de los siniestros más costosos que la industria aseguradora pagó en 2018 tuvo un importe de 92 millones de pesos, una cantidad que habría sido considerablemente menor si a la aparición de los primeros síntomas hubiera antecedido un programa integral de prevención.
Fernández Gómez dijo que, a pesar del positivo impacto que la prevención implica para el costo de los tratamientos e indemnizaciones, integrar dicho concepto en el modelo operativo de las compañías de seguros fue por mucho tiempo casi impensable. Por fortuna, hoy ya comienzan a aparecer algunos esquemas de aseguramiento que le dan valor a la prevención que ejerza el asegurado. Mediante tales esquemas, la compañía de seguros premia el esmero y disciplina que el asegurado muestre en su programa de prevención.
El funcionario de Plan Seguro explicó que en el tema del ramo de Salud, ya se trate de las ISES o de las aseguradoras que ofrecen esta cobertura, la brecha más importante que hay que cerrar tiene que ver con la sensibilización de la población en general en cuanto a la importancia de la prevención. Por desgracia, “prevalece la creencia de que el seguro no paga, de que es malo, que no lo necesito porque a mí nada me puede pasar; además de que es caro. Ésa es la percepción de la gente”.
Desde la perspectiva de Fernández Gómez, el futuro de los seguros de Salud será tan bueno o tan malo como sea de aguda o de roma la creatividad de la industria aseguradora: “Orientarse a la conquista de otros mercados a partir del fomento a la prevención es fundamental, y creo que al respecto la tecnología ofrece grandes oportunidades, pues con ella se puede ilustrar al consumidor acerca de cómo comparar los productos, cómo comprarlos, emitirlos, suscribirlos, operarlos y utilizarlos, y eso se conseguirá dispersando la tecnología aplicada en toda la cadena de valor”.
A manera de ejemplo, el directivo de Plan Seguro dijo que, después de 22 años de operación de esta empresa, el siniestro catastrófico más alto que debió pagar costó 9.5 millones de pesos, un monto en el que indiscutiblemente la prevención tuvo un papel fundamental como barrera de contención.
Finalmente, Fernández Gómez aseveró que la clave para abatir costos está íntegramente en la práctica de la prevención, y dio como conclusión este ejemplo: “Un cáncer detectado de manera temprana evita que el tratamiento, estudios, tiempo de recuperación y sobre todo costo se tornen catastróficos”.