Descubriendo tus conflictos internos usando preguntas

Charlemos seguros

El asegurador

Ya he comentado en otros artículos que en el diálogo  interno, nuestro ego, fundamentado en la razón, tiene la función de “protegernos”, tanto en lo físico como en lo emocional, y como mecanismos de protección usamos máscaras y armaduras para  no mostrar la realidad de nuestros sueños y deseos a los demás con tal de ser aceptados. Podemos aparentar que somos muy fuertes, muy inteligentes, muy tontos, muy rebeldes, inmaduros, insensibles, etcétera.  Es una especie de lucha permanente entre lo que debemos hacer (razón) y lo que nos gusta hacer (emoción). Vamos a centrarnos en este conflicto.

Esquemas de cuestionamiento  ante ciertas actitudes. Cuando una persona rompe un acuerdo consigo misma o con un equipo al que pertenece, si la persona desea ayuda para detectar la fuente de su problema,   una dinámica de coaching lo que hará es cuestionarla, pero directamente a su aspecto emocional. Es decir, se formulan una serie de preguntas, pero pidiendo a la persona que no “razone” la respuesta, sino que “sienta” y responda. Un coach con experiencia puede darse cuenta de si la persona está “pensando” o “sintiendo” las respuestas.

Pondré un ejemplo muy simple. Hay un ejercicio de grupo que va a empezar a determinada hora, y todos están de acuerdo en llegar a tiempo. Uno de los participantes llega cinco  minutos tarde, con lo que rompe “un acuerdo realizado con el grupo”. Es posible que en una situación frecuente, para algunas personas sea aceptable que alguien llegue cinco minutos tarde, pero la cuestión es que se está rompiendo un acuerdo. Pero esto se  aplica también a alguien que rompe una promesa hecha a su familia o a sí mismo. Ya mencionamos anteriormente que la mente, tanto la del individuo que rompe el acuerdo como la mente de las personas a las que se les “incumple dicho acuerdo”, no distingue la “importancia de los acuerdos”;  simplemente se cumplen o no se cumplen.

Las preguntas que haría el coach a esta persona buscando que las respuestas sean sinceras, provenientes de la emoción, no de la razón, serían  algo como esto (respeta la secuencia de las preguntas):

  1. ¿Por qué lo hiciste?
  2. ¿Qué clase de persona haría algo así?
  3. ¿Qué se siente ser así?
  4. ¿Desde cuándo lo haces?
  5. ¿Con qué persona te sentías  o te sentiste así o te hizo sentir así? ¿Quién te hacía sentir así?

Es muy probable que al guiar a la persona hacia una respuesta  el resultado sea alguien que lo afectó en su infancia, como algún familiar cercano o un ser querido. En este punto quiero precisar lo siguiente:

  • Sólo un coach con experiencia y con una formación profesional debe hacer este tipo de ejercicios, ya que se evalúan al mismo tiempo otros aspectos adicionales a las preguntas  que permiten al coach hacer un diagnóstico más acertado. Además de todo, el individuo debe tener la voluntad de dejarse ayudar al momento de ser cuestionado.
  • Esta secuencia de preguntas es solamente un ejemplo de lo que puede ser;  de ninguna manera estoy diciendo que esto sea una receta infalible para encontrar la fuente de un trastorno emocional. Si se tienen trastornos emocionales detectados, lo recomendable es atenderse profesionalmente asistiendo a una terapia con un psiquiatra.  
  • Reitero que, al comentar este tipo de ejercicios, lo hago para demostrar que es posible que nuestro cerebro “racional” haya olvidado el porqué del origen de algunas de las  creencias que rigen nuestra vida. Este tipo de técnicas permiten hacer notar a un individuo cómo algunos aspectos de su pasado “olvidado” en su parte racional siguen estando  “presentes” en su parte emocional y pudieran ser algunas de las razones que explican su incapacidad para cumplir determinado tipo de acuerdos.

Fernando Ralero es empresario, consultor de negocios y conferencista internacional en temas de neurociencias y negocios.  Es referencia en neuromanagement,  además de autor  de varios libros.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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